Once templos católicos de las épocas colonial y republicana se encuentran deteriorados y abandonados en pueblos y comunidades del municipio de Betanzos, en la provincia Cornelio Saavedra de Potosí.
Además de efectuar una inventariación de 171 bienes artísticos en estas infraestructuras, técnicos de la Unidad de Catalogación de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Culturas advirtieron que estos inmuebles ubicados a entre una hora y una hora y media de viaje desde la capital potosina tampoco cuentan con mínimas condiciones de seguridad.
El trabajo, efectuado entre el 20 y el 25 de septiembre por los técnicos Lourdes Vallejos y Guery López, abarcó a las iglesias de Khonapaya, Siporo, Tecoyo, Millares Alto, Millares Bajo, Huantapita, Tirisipaya, Potobamba, Terrado, Quivincha y Trapiche Bajo.
Marcelo Churqui, funcionario de la Unidad de Monumentos y Sitios, comenta que “muchas de estas iglesias —que datan de los siglos XVIII, XIX y XX— están en ruinas, a punto de caerse, y otras que eran coloniales se volvieron a reconstruir como réplicas, no siempre de la manera adecuada”.
Autoridades del municipio de Betanzos solicitaron en meses pasados que el Ministerio realice una evaluación de la arquitectura, de los bienes patrimoniales y del estado de conservación de estos templos.
Tras el viaje de los especialistas y la tabulación parcial de datos, Churqui establece también que “la mayoría de las parroquias han perdido sus campanas (por sustracción) y sus torres (por desmoronamientos). La estructura y la cubierta, de manera general en los 11 bienes analizados, carecen ya de muchos de sus elementos arquitectónicos originales”.
El especialista señala que tras la primera evaluación y a pedido de los comunarios de Betanzos, el Ministerio encabezará un proyecto de restauración arquitectónica de los templos y de las piezas de arte, “pero lo más importante y urgente es diseñar y poner en práctica un plan de seguridad para evitar que se sigan perdiendo los objetos y deteriorando las edificaciones”.
Un informe que preparan los técnicos será la base de un proyecto de conservación y restauración para el cual las autoridades del municipio potosino deberán trabajar en la búsqueda de financiamiento.
“El Ministerio —aclara Churqui— sólo tiene responsabilidad sobre casonas declaradas monumento nacional y sólo la iglesia de Otuyo cuenta con este título”, aunque hay varias otras anteriores a 1900 que también están amparadas en las normas de protección y prevención de la repartición estatal.
Catalogación
Vallejos cuenta que en las construcciones religiosas fueron inventariadas 171 piezas, entre platería, pintura mural e imágenes sacras.
La especialista dio algunos ejemplos de la riqueza en peligro. “El templo de Tirispaya es el que más obras conserva: 26 unidades entre piezas de plata, esculturas y pinturas. En la parroquia de Khonapaya —construida con una sola nave y con cubierta de calamina, debido al derrumbe de la original de tejas— fueron inventariadas 15 obras, la mayoría muy afectadas por la humedad”.
La iglesia de Siporo posee 11 piezas, un retablo de crucero y un altar mayor de estilo clásico. Es de las pocas que aún conservan una campana de bronce fundido.
Sólo siete de las once parroquias de Betanzos tienen cuidadores, el resto está a cargo de autoridades comunarias y sindicales que canalizan obras de prevención en la medida de sus posibilidades.
Además de efectuar una inventariación de 171 bienes artísticos en estas infraestructuras, técnicos de la Unidad de Catalogación de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Culturas advirtieron que estos inmuebles ubicados a entre una hora y una hora y media de viaje desde la capital potosina tampoco cuentan con mínimas condiciones de seguridad.
El trabajo, efectuado entre el 20 y el 25 de septiembre por los técnicos Lourdes Vallejos y Guery López, abarcó a las iglesias de Khonapaya, Siporo, Tecoyo, Millares Alto, Millares Bajo, Huantapita, Tirisipaya, Potobamba, Terrado, Quivincha y Trapiche Bajo.
Marcelo Churqui, funcionario de la Unidad de Monumentos y Sitios, comenta que “muchas de estas iglesias —que datan de los siglos XVIII, XIX y XX— están en ruinas, a punto de caerse, y otras que eran coloniales se volvieron a reconstruir como réplicas, no siempre de la manera adecuada”.
Autoridades del municipio de Betanzos solicitaron en meses pasados que el Ministerio realice una evaluación de la arquitectura, de los bienes patrimoniales y del estado de conservación de estos templos.
Tras el viaje de los especialistas y la tabulación parcial de datos, Churqui establece también que “la mayoría de las parroquias han perdido sus campanas (por sustracción) y sus torres (por desmoronamientos). La estructura y la cubierta, de manera general en los 11 bienes analizados, carecen ya de muchos de sus elementos arquitectónicos originales”.
El especialista señala que tras la primera evaluación y a pedido de los comunarios de Betanzos, el Ministerio encabezará un proyecto de restauración arquitectónica de los templos y de las piezas de arte, “pero lo más importante y urgente es diseñar y poner en práctica un plan de seguridad para evitar que se sigan perdiendo los objetos y deteriorando las edificaciones”.
Un informe que preparan los técnicos será la base de un proyecto de conservación y restauración para el cual las autoridades del municipio potosino deberán trabajar en la búsqueda de financiamiento.
“El Ministerio —aclara Churqui— sólo tiene responsabilidad sobre casonas declaradas monumento nacional y sólo la iglesia de Otuyo cuenta con este título”, aunque hay varias otras anteriores a 1900 que también están amparadas en las normas de protección y prevención de la repartición estatal.
Catalogación
Vallejos cuenta que en las construcciones religiosas fueron inventariadas 171 piezas, entre platería, pintura mural e imágenes sacras.
La especialista dio algunos ejemplos de la riqueza en peligro. “El templo de Tirispaya es el que más obras conserva: 26 unidades entre piezas de plata, esculturas y pinturas. En la parroquia de Khonapaya —construida con una sola nave y con cubierta de calamina, debido al derrumbe de la original de tejas— fueron inventariadas 15 obras, la mayoría muy afectadas por la humedad”.
La iglesia de Siporo posee 11 piezas, un retablo de crucero y un altar mayor de estilo clásico. Es de las pocas que aún conservan una campana de bronce fundido.
Sólo siete de las once parroquias de Betanzos tienen cuidadores, el resto está a cargo de autoridades comunarias y sindicales que canalizan obras de prevención en la medida de sus posibilidades.
Betanzos, ubicada a 49 kilómetros al este de Potosí, es una cabecera de valle y en las épocas colonial y republicana se pobló de haciendas de los potentados de la minería. “Es por este motivo —según el arquitecto Marcelo Churqui— que se construyeron tantas iglesias en esta área”.
Detalles de algunos templos
– El templo de Tecoya tiene una nave cubierta de calamina, una torre adosada de dos cuerpos y tres campanas de bronce fundido. El interior está abandonado y lleno de polvo.
– En las dos iglesias de Millares hay construcciones nuevas, en reemplazo de las derrumbadas.
– Los muros interiores de la iglesia de Huantapita tienen una pintura mural e inscripciones sacras. La construcción es de adobe, a dos cuerpos y aún tiene campana.
– La parroquia de Tirispaya muestra varias grietas, acumulación de polvo, suciedad y signos de abandono. Es de una sola nave con cubierta de teja y portón de madera ornamentada con detalles sencillos. El lugar del altar mayor está a la intemperie y se está destruyendo.
– Las esculturas del inmueble de Potobamba están infestadas de termitas y el altar original, ubicado en la parte posterior, está en ruinas, pese a que hay rastros de construcciones o refacciones recientes cerca de la puerta.
– En la iglesia de Quivincha hay una nueva construcción de una sola nave con cubierta de calamina y torre adosada de dos cuerpos y con pintura reciente.
– El templo de Trapiche Bajo fue construido de adobe con cubierta de paja. Muestra deterioro general y grietas en los muros.
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