Un socavón de 857 metros de profundidad en la mina Pailaviri del Cerro Rico de Potosí alberga al Museo Histórico Minero Diego Huallpa, un repositorio de 17 salas en las que se exponen la historia y la evolución de la minería boliviana desde la Colonia hasta la actualidad.
Los ambientes serán inaugurados y presentados hoy a la sociedad potosina y nacional, aunque muchas piezas y muestras ya eran exhibidas desde hace 10 años, en condiciones poco adecuadas para la visita.
Según Hugo Cazón, vicerrector de la Universidad Tomás Frías, “este proyecto fue gestado en los años 90 por el minero Víctor Villanueva, quien desde 1975 reunió, por iniciativa propia, decenas de piezas de perforación, indumentarias de mineros y otros objetos, que son la base del museo”.
Luego de buscar durante muchos años el apoyo financiero necesario para poner en marcha su iniciativa, Villalba murió sin ver realizado su sueño, “que ahora es posible —manifiesta Cazón— gracias a un financiamiento de 89.306 dólares otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del Fondo de Desarrollo del Sistema Financiero y Apoyo al Sector Productivo (Fondesif), dentro de su programa de Turismo”.
Una contraparte de 10.000 dólares fue cubierta por la Fundación del Museo Histórico Minero Diego Huallpa del Cerro Rico de Potosí, formada por la Alcaldía, la Prefectura, la Federación de Empresarios Privados, la Cámara Hotelera, la Cámara de Comercio e Industria, la Cámara de la Construcción, la Cámara Departamental de la Minería y la Sociedad de Geografía e Historia de Potosí, además de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
El ingreso al museo está en el nivel cero de la bocamina de Pailaviri, a 4.205 metros sobre el nivel del mar. Tiene un recorrido de 857 metros de extensión, sobre 1.500 metros cuadrados de superficie, distribuida en salas y túneles en dos niveles de altura.
Para el acto de hoy, previsto para las 11.00, autoridades departamentales y potosinas, dirigentes de la minería y trabajadores de base efectuarán el tradicional ritual de la wilancha, sacrificio de una llama como ofrenda a la Pachamama. Habrá además una muestra pictórica con temática minera, de los artistas plásticos Mamani Mamani y Cristóbal Corso, y un recorrido guiado por el nuevo repositorio. Para el final se programó la actuación de grupos musicales folklóricos.
Según Edwin Calla, dirigente de la Federación Universitaria Local (FUL) de la Universidad Tomás Frías —quien formó parte de una comisión de seguimiento del proyecto—, el museo, que lleva el nombre del indígena que descubrió la primera veta de plata en la montaña, Diego Huallpa, cuenta con una museografía basada en “la exposición de cascos, uniformes, linternas y todos los implementos y herramientas del minero, además de las maquinarias rústicas de siglos pasados y las de alta tecnología que se emplean desde mediados del siglo pasado”.
En los socavones de Pailaviri se pueden apreciar además “decenas de efigies del Tío de la Mina (deidad a la que los mineros le rinden culto) de al menos 10 diferentes variedades: de piedra, cerámica y madera”.
Calla dijo que “también hay pasajes recreados —con figuras y escenas— de los ritos de veneración al Tío y de toda la ceremonia que los trabajadores efectúan antes de iniciar la jornada de labor y al final de ésta”.
“Se podrán observar las vetas —agrega— en sus diferentes tipos y estados de explotación, la extracción del mineral con martillo y cincel
—como se hizo durante tantos siglos—, y las rudimentarias técnicas de transporte, para de inmediato apreciar y comparar las condiciones más aceptables —aunque nunca seguras o justas— que brinda la tecnología actual”.
Todos estos elementos, divididos en salas continuas, según diferentes épocas desde inicios del siglo XVI al presente, “permitirán conocer con precisión el universo y la realidad de la minería y de los trabajadores de la mina”.
Elba Saavedra, consultora de Fondesif, explicó que el trabajo de restauración que finalizó hace pocas semanas incluyó obras civiles de infraestructura, “como la construcción de aceras en las galerías y la estabilización de la estructura y refugios”.
También se trabajó en la iluminación interior, la habilitación de salas de exposición, la adquisición de muebles y equipos para los ambientes, la implementación de sistemas de seguridad y de medidas de mitigación, en caso de inundaciones o derrumbes, y la compra de equipos de protección personal para los funcionarios del predio y los visitantes.
“Todos los trabajos efectuados desde julio de 2008 —asegura— garantizan la total seguridad para el turista que, de todas maneras, deberá utilizar todos los implementos y acatar las medidas preventivas especificadas para el trabajo en interior mina”.
Saavedra dijo que la atención al público no será inmediata. En las siguientes semanas se convocará a una licitación para que se postulen empresas con ofertas de administración.
El repositorio cuenta con decenas de efigies del Tío de la Mina
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