Flora bacteriana, hongos, desportilladuras, exfoliaduras y melladuras son algunos de los males que afectan a la Puerta del Sol, producto de las condiciones ambientales en las que se encuentra. De continuar en ese estado, en 12 años los problemas podrían incluso afectar irremediablemente la iconografía de la pieza lítica, que se encuentra en el Complejo Arqueológico de Tiwanaku.
Estos datos se desprenden de un informe elaborado por la Fundación Wiñaymarka, instancia que desde el 2008 tiene pendiente el traslado de la pieza tiwanakota al Museo Lítico, ubicado en el complejo arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el año 2000.
“Se pudo determinar que existe una serie de daños producidos por agentes mecánico-naturales que originan el crecimiento de la flora parásita. Se ha establecido que el lado posterior de la Puerta del Sol es el más dañado, puesto que tiene en un 60 por ciento de su superficie diseminación de flora parásita”, revela el informe, que fue realizado entre 2007 y 2008 por el arqueólogo Eduardo Pareja y el técnico César Callisaya de la Unidad Nacional de Arqueología (Unar).
En el estudio también trabajaron el arquitecto conservador Raúl Gómez, contratado por la Fundación Wiñaymarka, y la conservadora y restauradora en piezas líticas Cristina Calderón.
Según Siles, “la flora parasitaria alberga tres tipos de parásitos y hongos que están comiendo poco a poco la piedra, la iconografía y los frizos. Esto podría afectar la iconografía; se pueden perder los relieves que tiene la Puerta del Sol”, señaló Tatiana Siles, presidenta de Wiñaymarka.
Según la profesional, los expertos coincidieron que de continuar así, “la Puerta del Sol tendría su iconografía sólo de 10 a 12 años más, pero tomando en cuenta las condiciones del clima, pues si éste sigue cambiando, la pieza podría deteriorarse antes”.
El informe también determinó “daños de origen antrópico contemporáneo, por el uso de fluoatos que ocasionaron el vitrificado de la roca en la superficie del Portal”. Es decir que durante la década de los años 80 se colocó un barniz a la pieza que tapó los poros de ésta, impidiendo que pueda respirar”.
Estos resultados mostraron la necesidad de trasladar a la Puerta del Sol a un ambiente cerrado que brinde las mejores condiciones posibles para su conservación.
“Para ello se tenía un proyecto para realizar su transporte a una sala del Museo Lítico. Allí se iba a crear un ambiente en el que se iba a instalar una vitrina para aislarla, que reciba aire caliente y eliminar así, de manera natural, la flora bacteriana”, señaló Siles, quien agregó que desde diciembre del 2008 el proyecto, aprobado el 2007, se paralizó por solicitud del Ministro de Culturas.
Sobre el tema, el director de Patrimonio del Ministerio de Culturas, Nogardo Jiménez, informó ayer que Culturas discutió el traslado de la pieza lítica con Nuria Sáenz, directora de Patrimonio para Latinoamérica y el Caribe de la Unesco. La experto llegó en noviembre al país para evaluar la situación de Tiwanaku. “Ella manifestó que los estudios realizados hasta ahora son inconclusos y que la pieza requiere más estudios de conservadores formados a nivel mundial para que hagan un diagnóstico real”, dijo Jiménez.
Agregó que mientras no se tengan dichos informes no se trasladará la Puerta del Sol, porque ello podría conllevar problemas de tipo social, ya que la pieza se constituye en un elemento simbólico para los habitantes de la zona.
“Para mover un ícono de semejante magnitud se debe también analizar la connotación social que podría tener. En este momento no se puede hablar del traslado de la Puerta del Sol hasta que haya un plan de manejo sostenible para Tiwanaku”, concluyó la autoridad.
Estos datos se desprenden de un informe elaborado por la Fundación Wiñaymarka, instancia que desde el 2008 tiene pendiente el traslado de la pieza tiwanakota al Museo Lítico, ubicado en el complejo arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el año 2000.
“Se pudo determinar que existe una serie de daños producidos por agentes mecánico-naturales que originan el crecimiento de la flora parásita. Se ha establecido que el lado posterior de la Puerta del Sol es el más dañado, puesto que tiene en un 60 por ciento de su superficie diseminación de flora parásita”, revela el informe, que fue realizado entre 2007 y 2008 por el arqueólogo Eduardo Pareja y el técnico César Callisaya de la Unidad Nacional de Arqueología (Unar).
En el estudio también trabajaron el arquitecto conservador Raúl Gómez, contratado por la Fundación Wiñaymarka, y la conservadora y restauradora en piezas líticas Cristina Calderón.
Según Siles, “la flora parasitaria alberga tres tipos de parásitos y hongos que están comiendo poco a poco la piedra, la iconografía y los frizos. Esto podría afectar la iconografía; se pueden perder los relieves que tiene la Puerta del Sol”, señaló Tatiana Siles, presidenta de Wiñaymarka.
Según la profesional, los expertos coincidieron que de continuar así, “la Puerta del Sol tendría su iconografía sólo de 10 a 12 años más, pero tomando en cuenta las condiciones del clima, pues si éste sigue cambiando, la pieza podría deteriorarse antes”.
El informe también determinó “daños de origen antrópico contemporáneo, por el uso de fluoatos que ocasionaron el vitrificado de la roca en la superficie del Portal”. Es decir que durante la década de los años 80 se colocó un barniz a la pieza que tapó los poros de ésta, impidiendo que pueda respirar”.
Estos resultados mostraron la necesidad de trasladar a la Puerta del Sol a un ambiente cerrado que brinde las mejores condiciones posibles para su conservación.
“Para ello se tenía un proyecto para realizar su transporte a una sala del Museo Lítico. Allí se iba a crear un ambiente en el que se iba a instalar una vitrina para aislarla, que reciba aire caliente y eliminar así, de manera natural, la flora bacteriana”, señaló Siles, quien agregó que desde diciembre del 2008 el proyecto, aprobado el 2007, se paralizó por solicitud del Ministro de Culturas.
Sobre el tema, el director de Patrimonio del Ministerio de Culturas, Nogardo Jiménez, informó ayer que Culturas discutió el traslado de la pieza lítica con Nuria Sáenz, directora de Patrimonio para Latinoamérica y el Caribe de la Unesco. La experto llegó en noviembre al país para evaluar la situación de Tiwanaku. “Ella manifestó que los estudios realizados hasta ahora son inconclusos y que la pieza requiere más estudios de conservadores formados a nivel mundial para que hagan un diagnóstico real”, dijo Jiménez.
Agregó que mientras no se tengan dichos informes no se trasladará la Puerta del Sol, porque ello podría conllevar problemas de tipo social, ya que la pieza se constituye en un elemento simbólico para los habitantes de la zona.
“Para mover un ícono de semejante magnitud se debe también analizar la connotación social que podría tener. En este momento no se puede hablar del traslado de la Puerta del Sol hasta que haya un plan de manejo sostenible para Tiwanaku”, concluyó la autoridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario