La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ordenó a la firma Ecoingeniería restaurar los daños ocasionados a 15 sillares de la pirámide de Akapana, afectados con pintura amarilla, en el Complejo Arqueológico de Tiwanaku, en el pueblo del mismo nombre.
Ecoingeniería es la empresa contratada por el organismo internacional para la implementación de los trabajos de topografía y tomografía en el marco del Proyecto de Preservación y Conservación de este monumento que fue declarado, en 2000, Patrimonio de la Humanidad.
El director de Patrimonio (a.i.) del Ministerio de Culturas, Fréddy Riveros, informó a La Prensa que su despacho recibió la nota de Ecoingeniería que confirma este hecho, en la que también le comunica que la compañía se hace responsable del resarcimiento de los daños materiales y de los problemas ocasionados a los sillares.
Las averias fueron denunciadadas por lugareños de Tiwanaku. Sucedieron entre el 3 y 7 de junio, cuando funcionarios de esa empresa, de propiedad de René Espinoza, realizaban una medición topográfica en la pirámide de Akapana.
Las labores fueron dirigidas por el topográfo Gerardo Limachi e implicaron la colocación de estacas para marcar el lugar de medición de altura o desnivel para el mapeo, que al ser pintadas con pintura amarilla mancharon los sillares de piedra.
Sin embargo, Riveros manifestó que aún su despacho no recibió ninguna respuesta de la UNESCO en cuanto a la carta enviada por el Ministerio de Culturas, en la que le solicitó un pronunciamiento oficial por los daños causados al patrimonio.
Piezas del material afectado fueron trasladadas a la ciudad de La Paz y son analizadas por el laboratorio y el taller de restauración de la repartición gubernamental. Sobre las pruebas que se llevan a cabo para ver qué tipo de solventes se usarán para borrar las manchas amarillas, Riveros comentó que recibió un informe preliminar, pero solicitó su ampliación.
“Se han hecho ensayos con productos químicos para la limpieza y diversos procedimientos y tiempos de readaptación ”. Para próximos días se programó una prueba en los sillares de la pirámide para determinar la efectividad. Posteriormente se indicará a la firma Ecoinginería cómo ésta tiene que proceder para la reposición del daño causado en la estructura lítica.
El arqueológo Jedú Sagárnaga alertó de que si la pintura afectó a sillares precolombinos, ello implica una acción depredadora. “La pintura es un químico y tiene solventes que dañan a cualquier monumento. De por sí provoca la degradación a nivel molecular”. Sugirió que para quitar las manchas se debe utilizar un disolvente preparado basado en thinner o gasolina, aunque igual causará daños en las piezas.
El antropólogo Carlos Ostermann opinó que lo ocurrido provocará efectos imprevisibles. En su criterio, la parte más afectada será la pátina, una capa muy delgada que está en la superficie de las piezas de piedra, que se forma por causa del ambiente y que con el tiempo les da color, consistencia y forma, “Es el sello de autenticidad de la pieza lítica ”. Por lo tanto, los sillares ya no serán los mismos que antes.
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