Viven a más de cuatro mil metros de altura, rodeados del lago navegable más alto del mundo, algunos carecen de luz y de agua corriente en sus casas y, sin embargo, están conectados desde hace unos días al resto del mundo gracias a internet y varias computadoras.
Son los 4.000 habitantes de Amantaní, una isla situada en el lago Titicaca, al sur de Perú y próxima a la frontera con Bolivia, que, junto con los 2.000 residentes de la vecina isla de Taquile, conforman una misma área de gestión política (distrito).
Un proyecto de energías renovables para el desarrollo de zonas rurales, auspiciado por la Unión Europea y con el que colaboran varios ministerios peruanos, les ha devuelto a los amantaníes y taquileños la ilusión y pretende acabar con el aislamiento.
Han sustituido el reflejo del sol sobre espejos, como medio de comunicación, por computadoras e internet y esta semana los habitantes de Amantaní han sido protagonistas de una videoconferencia con representantes de la UE en Bruselas para inaugurar el proyecto.
Cinco comunidades, entre ambas islas, han sido seleccionadas, junto con otras 125, para ser receptoras de un panel solar, un aerogenerador, computadoras, una impresora y conexión a internet. Los equipos empezaron a ser distribuidos hace seis meses entre los 2.000 escolares de la zona que dispusieron de vídeos para hacer más amenos los métodos de aprendizaje.
“Los niños han encontrado todo un universo que viene siendo el mundo de la computación”, enfatizó el profesor de aula Alberto Salas.
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