sábado, 8 de enero de 2011

Ladrones acabaron con las joyas de la Virgen de Tinguipaya en 30 años

La imagen de Nuestra Señora de Belén perdió sus joyas de oro y sus adornos de plata pero lo que más duele es que los villanos se llevaron a su pequeño hijo que estaba sentado en silla de plata portando un pequeño bastón de oro

Redacción central

La Virgen de Nuestra Señora de Belén, que es venerada en Tinquipaya, se quedó prácticamente sin nada. Con el último robo que se produjo en el templo
del lugar, el lunes recién pasado, esa imagen perdió todas sus joyas y objetos de plata y los comunarios temen que este último crimen también quede sin castigo.
El templo de Tinguipaya fue robado cuatro veces. Los golpes al patrimonio cultural fueron cometidos los años 1981, 1987, 2008 y 2011, según dieron a conocer los pobladores de Tinguipaya que ayer presentaron denuncia formal sobre el hurto sucedido en la madrugada del pasado lunes.
Los robos se produjeron en un periodo de 30 años. El valor de las piezas robadas nunca se pudo cuantificar aunque no se exageraría si se dice que se aproxima al medio millón de dólares.
Ni uno solo de los casos fueron esclarecidos por los policías que efectuaron un trabajo de investigación superando una serie de limitaciones pero, al final, los resultados fueron nulos y estos cuatro robos podrían cambiar la lógica policial de que no existen crímenes perfectos.
La sustracción de objetos de valor parece planificada y la forma de actuar de los delincuentes es muy parecida en todos los robos. En los dos últimos casos, los maleantes cortaron la electricidad desde la calle para acallar la alarma e hicieron saltar el candado de una de las puertas.
Héctor Espinoza es de Tinguipaya y da cuenta que en cada uno de los robos los delincuentes se llevaron un valioso botín no sólo por el valor de las joyas y objetos de culto labradas en plata sino por el valor cultural que tienen.
El ciudadano añade que pareciera que todo estaba planificado ya que los robos suelen suceder aprovechando las fiestas y, últimamente, la inexistencia de policías en Tinguipaya.
Dice que ahora a la Virgen de Nuestra Señora de Belén solamente le queda un arco de plata y dos candelabros del mismo material y señala con ironía que tal vez eso más será robado en un par de años.

Perdieron la fe

Los pobladores de Tinguipaya perdieron la fe en la Policía aunque presentaron denuncia formal por el robo de los objetos de plata acaecido el pasado lunes.
El párroco del templo, Pedro Centellas, comentó que la gente no cree que los policías puedan encontrar a los autores del robo y, por ello, ese mismo lunes una comisión fue a contratar a un yatiri.
Los encargados de efectuar el contrato caminaron varias horas hasta llegar a la comunidad de Foractiri donde vive un mentado lector del pasado y el futuro que es muy respetado por la gente del lugar.
A ese yatiri le pidieron que realice una sesión en la que pueda identificar a los ladrones del templo y acordaron que ese rito ancestral con lectura de coca y khoa será el lunes venidero.
Los habitantes de Tinguipaya anunciaron que, una vez que identifiquen a los ladrones, aplicarán la justicia comunitaria contra esos sacrílegos que no sólo robaron joyas sino que les dejaron sin el Niño Jesús al cual arrebataron de su madre aparentemente por la silla de plata en la que estaba sentado y la vara de plata que tiene en la mano.

No hay inventario

Los comunarios de Tinguipaya no saben si los bienes del templo se hallan catalogados pero consideran que sí porque en el año 2006 se efectuó una restauración completa del templo e incluso se repuso algunos objetos de culto religioso.
Sin embargo, la técnica catalogadora de la Dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Culturas, Lourdes Vallejos, dio a conocer que solamente tienen el informe de la parte arquitectónica del templo de Belén de Tinguipaya.
Reconoció que no se tuvo el cuidado de identificar cada uno de los objetos de culto del templo así como las joyas.
Esa situación sin duda incidirá para que no se pueda desarrollar una campaña de difusión mundial sobre los objetos robados y la venta de los mismos será más fácil para los delincuentes.

Primer Robo

1981
Custodia de oro
Candelabros de plata
Charolas de plata
Joyas
No se cuantificó lo sustraído

Segundo Robo

1987
Arco de plata
Arañas de plata
Candelabros de plata
Charolas de plata
Joyas de oro

Tercer Robo

30 de julio de 2008
Plata maciza en láminas que cubría altar mayor
Candelabros
Adornos de plata
Valor más de 50 mil dólares

Cuarto Robo

3 de enero de 2011
Un arco de plata
Niño Jesús con silla de plata y bastón de oro
Media luna de plata
Cetro de oro de 16 cm
Corona de plata
Dos candelabros de plata
Dos charolas de plata
Puerta del sagrario de plata
Jarra de plata

No existen policías

Tinquipaya es la capital de la provincia Frías pero no cuenta con un solo efectivo policial desde los incidentes entre campesinos, por razones políticas, que causaron la muerte de una persona y la declaratoria del lugar como “zona roja”.
Los pobladores que no con campesinos ni tienen nada que ver con los conflictos del lugar, como los que llegaron a la capital a denunciar el robo del lunes, señalan que son los más perjudicados por medidas de esa naturaleza.
La Policía ha previsto que una comisión se trasladará a Tinguipaya el martes para realizar trabajo de campo. El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Jorge Pozzo, encabezará el grupo.

Robos al por mayor

El robo de objetos del patrimonio religioso potosino está a la orden del día ya que la mayoría de los templos carecen de elementos de seguridad como barras en las ventanas, puertas y candados a prueba de villanos y no cuentan con porteros que se queden a vigilar por las noches.
Sólo como ejemplo se puede citar el robo de lienzos y objetos de plata y oro en los templos de San Martín, San Benito y San Cristóbal, en la capital de Departamento, Belén de Urmiri, Tomave y San Francisco de Coroma así como la sustracción de campanas del templo de San Pedro de Cocoche en la provincia Modesto Omiste.

Demasiados robos

Un reporte del Ministerio de Cultura presentado en la gestión 2008 señaló que al menos mil 416 piezas valiosas del patrimonio cultural fueron saqueadas entre 1964 y 2008.
Se indica que en esos 44 años se registraron nada menos que 243 robos de bienes patrimoniales entre los que están lienzos, joyas de plata y oro, esculturas, retablos, tejidos, muebles y adornos de plata.
Los departamentos más afectados por el robo de bienes patrimoniales son La Paz, Oruro, Potosí y Chuquisaca, según informó el Ministerio de Culturas en una publicación difundida por el diario oficialista Cambio.

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