La provincia de Mizque es privilegiada, debido a su ubicación geográfica y por su vinculación con los otros departamentos de Santa Cruz y Chuquisaca.
Entre sus riquezas arqueológicas, se encuentra las enigmáticas ruinas de Pucara, las pinturas rupestres de Aguada y Taboada, el centro paleontológico de Tiu Moko y la cultura de los pueblos indígenas de Rakaypampa.
Otro de los atractivos turísticos se encuentra en sus exquisitos quesos y vinos propios de la región, que esperan listos para el deleite de los turistas.
Mizque se encuentra a 150 kilómetros al sureste de la ciudad de Cochabamba, donde se abre una serie de valles secos y calurosos. Estas poblaciones fueron fundadas por los españoles que encontraron campo propicio no sólo para el descanso, sino que cubrieron los valles con sarmientos de vid. Se dice que los mejores vinos producidos en tierras americanas eran obtenidos de los viñedos de Mizque.
En el valle de Mizque se encuentra el caudaloso río, con el mismo nombre, cuyas tibias aguas son refugio para mitigar el calor y en el que los pescadores encuentran una variedad de peces de sabrosa carne. En los bosques y pajonales cercanos moran cerdos de monte, ciervos, pavas, torcazas y perdices.
Entre las atracciones principales está el viaje a Arani, necesaria para conocer la Catedral y las Lagunas de Vacas, para tomar fotos, comprar el pan, rosquete y empanadas típicas de la región.
Para visitar lugares arqueológicos es necesario definir la actividad con conocedores de la región, que también nos permitirá visitar importantes lugares, como el río Mizque, las zonas arqueológicas y productivas en los valles.
Una experiencia inolvidable es conocer el Valle de Tucma, admirar la miniplanta hidroeléctrica, el manejo de la granja de truchas, los molinos de agua, los sistemas de riego y caminar algunos kilómetros al lado del río.
Asimismo, es imposible resistirse a la tentación de bañarse en el río Kuri o en el río Mizque, cerca del puente en el camino a Aiquile.
En este trayecto, no puede faltar la visita de la cascada de Pajcha Pata de 120 metros de altura y contemplar uno de los árboles casi prehistóricos, el ceibo Tunariense.
También, se puede visitar las ruinas incaicas de Pucarilla y conocer el lugar con una guía local, como la parada en el camino a Tintin (para ver la puerta incaica), además de las comunidades de productores de tejidos. El día de regreso a Cochabamba tome el Camino a Aiquile para visitar el Museo del Charango y siga hacia Totora donde encontrará otra importante veta de lugares turísticos.
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