Desde 2005, este municipio se ha destacado por la producción natural de ese alimento que crece de manera abundante a los pies de árboles de pino, sobre todo en períodos de lluvia.
Yana Rumi es además un lugar turísticamente atractivo por sus imponentes colinas y bosquecillos, caídas de agua, flora y fauna silvestre y especies endémicas. Los habitantes de la zona viven de la agricultura, cosechan maíz, papa y otros. El periodo de las lluvias y el descubrimiento del alto valor nutricional del champiñón, junto a la demanda del mismo, le ha abierto a K’uchumula, no sólo una alternativa más de producción y comercialización, sino la posibilidad de concretar la exportación del producto. Pero algo más importante que es altamente destacado por la población, es que la producción de champiñón ha provocado el retorno de familias migrantes que ahora ven en su tierra originaria un lugar apto para trabajar y habitar.
Sin embargo, la población quiere garantizar el mercado interno, nacional y departamental. Para dicho fin organiza una nueva versión de la Feria del Champiñón (k’allampas, definición tradicional de dicho alimento en lenguaje nativo).
Este año la feria se encargará de proyectar también el turismo que puede disfrutarse en el lugar, más allá de la gastronomía en base al champiñón. Es así, que se organiza una jornada para la práctica del turismo ecológico, rural, comunitario y otros. La cita a la aventura, al deleite gastronómico y más es el próximo domingo 1 de mayo.
Erlinda Jiménez Ojeda, responsable de desarrollo comunitario y negocio inclusivo del municipio de Cuchumuela explica que en Yana Rumi existen dos variedades comestibles de Champiñón que son suillus granulatus y el suillus lutus. “La gente ha venido capacitándose en cómo mejorar la producción de estos hongos, los procesos de cosecha, secado y otros”.
Los pobladores han incluido en su alimentación el consumo del champiñón y de las más de 20 recetas que pueden preparar y combinar, destacan el chicharrón de champiñón como su favorita. Es inevitable destacar el plato, ya que desde el aroma, la presentación, el color oscuro del champiñón, que parece confundirse con la carne roja convoca a su degustación., más si la combinación viene acompañada de la chicha tradicional y el pan de maíz preparado en hornos de barro.
Una aventura en el paraíso
Apreciar la belleza de Yana Rumi implica prepararse para experimentar una aventura ecológica que se inicia desde el aire, limpio en algunos sectores, aromático a hierbas medicinales en otros. Se debe llegar a los bosquecillos bajando y subiendo laderas de piedra, seca vegetación. Observar el hábitat de una variedad de picaflores, pumas, jucumaris, conejos, la majestuosidad del halcón cuando se posa a observar y cuando eleva el vuelo, el lenguaje de las ranas y la diversidad de sus colores, desde el verde agua con tonos oro, hasta un cobre brillante.
Las plantas, otra maravilla que hipnotiza los sentidos, cactus de todas las formas, comestibles y peligrosos; las calles cuajadas de violeta, por el color de las flores del tradicional “chuchus muti” y más allá el paraíso se complementa con las tres caídas de agua. Una especie de cascadas de tamaño mediano con aguas cristalinas y dulces, además de peces pequeños.
El investigador y director de la revista turística “Destinos”, Sistor Uturuncu, promociona este pedazo de paz y belleza del valle y prepara un paquete de visita especial aprovechando también la realización de la feria del Champiñón, a realizarse en la comunidad de Yana Rumi, en los mismos bosquecillos donde se produce el hongo alimenticio. Mayor información para visitar la zona en los teléfonos: 4520421-76476506.
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