Un ritual milenario en el que se ofrenda a la Pachamama o Madre Naturaleza se cumple cada 20 de junio en la cima de la montaña denominada Quimsachata, por sus tres picos, que se encuentra distante a unos 30 kilómetros del centro ceremonial lítico de Tiwanaku. La ceremonia marca el inicio de la celebración del solsticio de invierno, el Machaq Mara o nuevo año indígena originario en el hemisferio sur del planeta Tierra.
El mallku central o dirigente de las 23 comunidades tiwanacotas, Félix Yupanqui, anunció que se comenzaron con los preparativos para la celebración ancestral que es conocida también como el Willka Kuti o retorno del Sol. “Como se acostumbra, vamos a subir a la cima de la montaña sagrada, el Quimsachata, donde realizaremos la wajt’a u ofrenda a la Pachamama y a los achachilas o antepasados”, explicó Yupanqui.
Algunos arqueólogos consideran que la altura de la montaña permitió a los antiguos constructores de Tiwanaku trazar los planos y la ubicación de los templos líticos que erigieron hace miles de años. La civilización de Tiwanaku desarrolló el arte y la ciencia y se expandió a otras regiones, fundamentada en una organización cultual que estuvo basada en la jerarquía y la ritualidad.
Yupanqui adelantó que ya se organizó a la policía sindical, un grupo de comunarios que resguardarán los monumentos de piedra que forman parte del patrimonio cultural. Más de cien dirigentes vestidos con ponchos verdes cuidarán el patrimonio arqueológico durante el solsticio de invierno el 21 de junio, añadió el dirigente de los Mallkus o líderes del lugar.
Yupanqui anunció que en la madrugada del 20 de junio, un día antes del Machaq Mara, se cumplirá con la ceremonia en la montaña Quimsachata. Posteriormente se iniciará la feria artesanal que se acostumbra realizar en la plaza del pueblo de Tiwanaku.
Los antiguos moradores del centro ceremonial —dicen los arqueólogos— acostumbraron a cumplir con rituales y ceremonias vinculadas a los ciclos agrícolas y a los movimientos de los astros, del Sol y la Luna.
El filósofo andino y director ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Fernando Huanacuni, considera que los rituales del Willka Kuti, los rituales que se cumplirán en la región, están dedicados al cuidado que debe existir de la familia en el jaqichasiña, que es el encuentro de la vida para fortalecer a la sociedad en el mundo con el jaqi-warmi o chacha-warmi, que es la complementariedad del hombre y la mujer.
Huanacuni considera que el mensaje de este nuevo ciclo indígena originario “es el de cuidar la vida”.
Algunos investigadores aseguran que el calendario andino-amazónico está dividido en 13 meses, cada uno de 28 días, con cuatro semanas de siete días, correspondientes a las cuatro fases de la Luna, con un total de 364 días. A los que se suman el día dedicado a la ceremonia del Sol o Willka Kuti (retorno del sol), lo que hace un total de 365 días.
Como cada año, también se cumplirán rituales en Incallajta, que son restos de las estructuras incásicas en Cochabamba; en Pasto Grande, en los Yungas de La Paz, donde se construyó una estructura ceremonial. También se cumplirá con la ritualidad en Santa Cruz, en el Fuerte de Samaipata, donde se encuentra la roca sagrada que tiene una serie de tallados con iconografía dedicada al agua y a los felinos, animales que eran considerados sagrados.
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