El departamento de Oruro, minero por esencia desde su fundación el 1 de noviembre de 1606 como la Real Villa de San Felipe de Austria, no sólo es la capital folklórica de Bolivia por su famoso Carnaval, sino que cuenta con hermosos lugares que son muy visitados por turistas nacionales y extranjeros durante los 365 días del año.
Es así que para dar un impulso a la industria sin chimeneas, el Gobierno Autónomo Departamental de Oruro realizó el lanzamiento del proyecto turístico denominado Mina San José, el pasado 1 de julio, en instalaciones de este centro minero.
El proyecto es ejecutado de manera coordinada entre la Unidad de Cultura y Turismo de la Gobernación y la Cooperativa Minera Multiactiva Corazón de Jesús-Mina San José.
Gracias a esa iniciativa se puede visitar esa mina de Oruro para ver parte de la historia de la época colonial, republicana, el sistema de trabajo estatal, pero también la labor de las cooperativas.
En consecuencia, la Mina San José se ha concretado como un producto turístico y alternativo de la industria sin chimeneas, gracias al impulso de la entidad departamental y la Cooperativa Minera Multiactiva.
Para ofrecer este producto turístico, se puso en condiciones los distintos parajes, convirtiéndolos en un circuito turístico dentro la mina San José.
Paralelamente se capacitó a una veintena de personas —todos mineros— en técnicas para ser guías de turismo, con inglés básico incluido, pues ellos serán los operadores turísticos. Asimismo, se cuenta con todos los implementos para el ingreso de los turistas a la mina, como ser cascos, botas y otros.
Los visitantes realizarán un recorrido turístico social, en el cual podrán ver de cerca las condiciones laborales de los trabajadores de interior mina y compartir una experiencia con ellos. Esta nueva forma de turismo ofrece tres circuitos, todo en interior mina.
El recorrido normal se inicia en el nivel cero, ingreso por la bocamina principal que es San José, para ver algunos mineros que trabajan y también al ‘Tío de la mina’, que es considerado un Dios por los trabajadores, pues les proporciona los minerales preciados que extraen.
Los turistas también verán los buzones, que son repositorios de minerales que cumplen la función de trasladar el mineral de arriba hacia abajo. Otra herramienta de interior mina es el guinche manual o mecánico que sirve para la transportación de minerales de abajo hacia arriba.
En el segundo recorrido ofertado se puede visitar hasta el nivel 200, donde se llega luego de descender a través de la jaula, que es una especie de ascensor. Una característica es que la temperatura a esa profundidad ronda los 30 grados centígrados, donde también se verá a grupos de mineros que trabajan.
El tercer recorrido que está en oferta es el denominado tours de extremo, para el cual los visitantes descienden en la jaula hasta el nivel 380, pero también a otros niveles con escaleras y sogas. Los turistas que accedan a este paquete, tienen que contar con buenas condiciones físicas. Ahí también se visita a los mineros y al Tío de la mina.
‘Tío Cachinas’, protector de turistas
Oruro es catalogado un departamento turístico porque cuenta con más del 30 por ciento de atractivos del país, como afirmó una ex autoridad municipal.
Pero con el emprendimiento de la Mina San José como un producto turístico, la región busca una nueva alternativa de generación de recursos económicos, tanto para la población en general, como para los cooperativistas mineros que administrarán este emprendimiento.
El ingreso a la mina es sin duda una experiencia única. Los parajes del lugar tienen distintas características, se conforman de túneles oscuros y angostos sostenidos por troncos de madera que impresionan durante la entrada.
Un aspecto que fue destacado en el acto de inicio de la actividad turística en la mina fue la presencia del ‘Tío Cachinas’, ahora denominado el ‘Tío Turista’, imagen a la cual los mineros y los propios turistas le ofrecen coca y cigarrillos, pidiéndole protección para ingresar y salir con vida del interior de la mina.
Centro minero por esencia en la Colonia
Oruro ingresó al siglo XVIII en la plenitud del colonialismo. En esas épocas, La Colorada, Alacranes, Flamenco, Pie de Gallo y otras fueron las minas explotadas por casi un siglo.
El siglo XVII había sido un período de luces para el sistema colonial en Sudamérica, pues las minas enriquecieron a la corona española, pero el costo en sangre fue inmenso.
La mita era un sistema de trabajo incaico de producción, pero los españoles la aplicaron en las minas con más rudeza, de modo que en dos siglos de explotación murieron ocho millones de nativos.
La fundación de Oruro, en 1606, hizo que se incremente el trabajo en las minas de plata, por lo que también aumentó considerablemente la cantidad de gente y la construcción de viviendas.
El epicentro temporal del auge económico por causa de la minería fue la segunda mitad del siglo XVII. Si Potosí contaba con 160.000 habitantes, Oruro tenía alrededor de 80.000 personas.
Pero cuando comenzó el siglo XVIII, muchos socavones estaban desiertos y otras minas se habían inundado, de tal suerte que la producción marcó un descenso visible. Eso provocó que la población disminuya severamente y por ende el comercio.
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