La ruta turística del vino de Luribay, con su exuberante paisaje valluno, atractivos viñedos y destiladoras vinícolas y singaneras, será expuesta a viajeros nacionales y extranjeros.
Desde el 15 de septiembre, el cálido valle, situado en la provincia Loayza del departamento de La Paz, expondrá a sus visitantes la forma ancestral y artesanal en la elaboración de vinos y singanis de altura, además de la fabricación de jugo de uva.
En la capital de Luribay, distante a 165 kilómetros de la sede de Gobierno, se prepara un albergue que consta de cinco habitaciones con todas sus dependencias, y está a dos cuadras del centro de esa población.
El emprendimiento corresponde a la Asociación La Cabaña-Unión de Bodegas y Viñedos Luribay, que tiene tres años de vida, informó su tesorero, Édgar Condori.
El lugar se construyó con la cooperación del fondo de la Organizaciones Económicas Campesinas (Oecas) y demandó una inversión de 15 mil dólares, de los cuales un 30% corresponde a la contraparte de esa sociedad.
La Cabaña tiene 22 socios activos o capitalistas y 30 socios pasivos que están conformados por proveedores.
Condori estima que el costo por persona para pernoctar allí será de 30 a 40 bolivianos. Para llegar al sitio, se abordan minibuses de la plaza Juana Azurduy de Padilla, en El Alto, que cobran 22 bolivianos y demoran tres horas en llegar.
Quienes deseen viajar en sus movilidades particulares, pueden tomar la ruta a Patacamaya hasta encontrar el cruce de desvío hacia la población de Luribay.
Una vez en el lugar, los viajeros degustarán el plato típico de la región: cui al horno. La Cabaña también ofrecerá su propia producción de jugos de uva, vinos y singanis cuyos costos oscilan entre 35 y 40 bolivianos.
Vivero
En la parte agropecuaria, la asociación posee un vivero de dos hectáreas, donde realizan injertos de uva, pera y otros productos propios de ese valle.
Para desarrollar el proyecto, se invirtieron 10 mil bolivianos, y en la actualidad producen diversos tipos de plantines que comercializan según la temporada.
Entre enero y mayo hay mayor demanda de frutales, ya que las plantaciones se efectúan entre septiembre y octubre.
En 2010, la Asociación vendió unos 10 mil plantines de durazno, comercializados entre 9 y 12 bolivianos por unidad.
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