El trayecto de la avenida Heroínas, de oeste a este, conduce a las faldas del cerro San Pedro, en cuya cima está hace 17 años una imagen que, sin duda, es ícono de Cochabamba: el Cristo de la Concordia.
A los pies del cerro hay un parque infantil que da un aire de “ciudad jardín” a Cochabamba. Al ingreso de éste hay un pequeño stand con una inscripción que dice “información turística”, pero a menudo se encuentra cerrado. “Vienen a trabajar cuando quieren. No tienen respeto ni consideración por los turistas”, comenta el administrador del teleférico, José Saldías.
Caminando dentro del parque están las instalaciones de la terminal inferior del teleférico. Disponer de un sitio dentro de una de las tres cabinas que existen tiene un costo de ocho bolivianos y tienen una capacidad para seis personas.
En épocas altas las cabinas dan hasta 120 vueltas la ruta hacia el Cristo durante todo el día. La asistencia técnica necesaria está a cargo de cuatro técnicos que mantienen el teleférico funcionando óptimamente con inspecciones semanales y limpiezas trimestrales.
El panorama de Cochabamba se agranda y aleja a la vez, durante los seis minutos que implica llegar a la terminal superior. Las ventanas amplias de las cabinas permiten tomar fotografías y filmar el trayecto de subida, como lo hace Leomara Figueredo, una turista brasilera que expresa hasta en su más mínima acción lo emocionante que es para ella el “muito bonito teleférico”.
EL VALLE DE ARRIBA ABAJO
Al bajar de las cabinas, todavía restan algunas gradas para llegar a los pies del Cristo, sin embargo, el paisaje que se divisa desde la ahí, aglutina a propios y extraños que se ven atraídos por este fondo natural y sin pensarlo toman continuas fotografías.
Una brisa fresca caracteriza el ambiente ahí arriba y se entremezcla con el canto de la mujer “Rockolita”.
Monumento.
datos
* Inicio de la obra: 12 de julio de 1987.
* Conclusión
de la obra:
20 de noviembre de 1994.
* Altura
de la imagen:
30,24 metros.
* Altura pedestal: 6,24 metros.
* Peso: 2.200
toneladas
* Altura sobre la ciudad: 265 metros.
* Número
de escalones: 1.399.
* Escultores:
César y Wálter Terrazas Pardo.
* Director obra:
Mario Moscoso
María Pérez, es invidente y hace más de 20 años complace todos los gustos musicales de los visitantes, sin importar el idioma, el género, o el ritmo de las canciones solicitadas. Se sienta casi a diario sobre una piedra a partir de las tres de la tarde y regresa a su domicilio, que está en Sacaba, al promediar las siete de la noche.
“Canto lo que me pidan, me gusta que me escuchen cantar”, cuenta María, después de haber interpretado “Llorando se fue” de Los Kjarkas. Algunos turistas se aproximan a oírla mientras otros se limitan a verla de pasada. “Tengo que venir siempre porque con lo que me dan me compro alguito para comer”, añade.
Más hacia arriba, en medio de margaritas amarillas y cuatro reflectores que lo apuntan, está el Cristo de la Concordia; su imponente figura pesa más de dos toneladas y tiene una altura total de 40, 44 metros. Caminando de frente al Cristo, exactamente en la parte central inferior del pedestal que lo sostiene, está un libro de bronce (dos metros de largo por uno de alto) que tiene grabadas leyendas bíblicas, que sin duda hacen reflexionar a los visitantes: “Éste es mi mandamiento, que se amen los unos a los otros como yo los he amado”.
Recordando, los cuatro reflectores daban un aire de modernidad al Cristo, sin embargo, según José Saldías hace más de un año que no funcionan. La peculiaridad de los focos era que por las noches permitían que el monumento cambie de colores entre violeta, azul, amarillo, etcétera. Además la inversión en éstos sobrepasó el millón de dólares, pero no se pensó en lo costoso que resultaría adquirir repuestos. “Hasta ahora no los han arreglado, están igual nomás desde que se han arruinado”, añade José.
Suponer que la cima de San Pedro es la altura máxima desde la que se puede ver el panorama, es equívoco, pues el director de la obra Mario Moscoso, ideó escalones dentro del monumento que permiten al turista ubicarse a más de 300 metros sobre la ciudad y verlo todo por las más de 60 ventanillas que están en su interior.
DELEITE CON ALTURA
Un pequeño sendero envuelto en especies de molle y cactus conduce a un restaurante que da un toque gastronómico característico de la llajta al Cristo. Con exactitud en la parte sur del monumento, Zenobia Mamani, de lunes a domingo una variedad de platos a la carta. Las instalaciones del comedor le son otorgadas con la condición de alimentar a los servidores públicos que trabajan en el Cristo. “A los albañiles, a los boleteros. A todos ellos les damos comida. No pagamos ningún alquiler porque sólo las dositas trabajamos y a veces ni venta hay”, cuenta Zenobia.
accesos a la cima
En la parte posterior del Cristo, es decir al lado este, unas gradas conducen a una parada de taxis que siguen la carretera empedrada y transportan de subida y bajada a los turistas por un monto aproximado de 10 bolivianos. Por este camino transitan además de vehículos públicos y particulares, trotadores, por un lado futbolistas y a la vez gente común que pretende hacer una rutina de ejercicios.
Descender y ascender por la carretera, en un motorizado o trotando no deja de ser interesante. Se hace próxima a la vista la zona sur, incluyendo uno de los espejos de Cochabamba, la laguna Alalay. El peaje para vehículos particulares es de dos bolivianos y justo en este lugar está un letrero que dice: “Llevad la paz y el amor del Cristo de la Concordia”.
GRADAS DESUSADAS
La carretera y el teleférico son las vías preferidas de la gente, pero no son las únicas. De un tiempo a esta parte los 1.399 escalones que están a lo largo del cerro San Pedro, son poco concurridos -pese a que se instaló alumbrado por toda la senda- a causa de los antisociales que hacen de las suyas en esta vía.
Una funcionaria de la terminal superior, Martha Flores, asegura que el pasado domingo apuñalaron a un muchacho que bajaba solo por las gradas. Los ladrones aprovechan para sustraer pertenencias a los turistas cuando se encuentran solos o en grupos pequeños y el sitio común es la parte media del recorrido. “Entre hartos hay que bajar, pero siempre es mejor en el teleférico”, afirma un vendedor, Marco Choque.
La seguridad de toda la zona está en manos de dos policías y en el mejor de los casos cuatro. Cuentan con un modulo policial, en la parte inferior del cerro, pero ofrecer seguridad con un personal tan reducido es casi imposible. De momento los casos suman y siguen y nadie toma cartas en el asunto.
La Alcaldía de Cochabamba tiene proyectos en el Cristo de la Concordia que se ejecutarán el 2012, lo que resalta de éstos es la nueva perspectiva de progreso que tienen. “Consolidación ambiental, a través de la reforestación de la ladera nor-este del cerro”, según el arquitecto Christian Vargas.
Se quiere reafirmar el título de ciudad jardín que Bolivia ha dado a Cochabamba, es así que se construirá un cactáreo a lo largo del sendero que conecta al jardín botánico “Martín Cárdenas” con el Cristo. ”Todas las variedades de cactus que existen en Cochabamba estarán en todo el recorrido”, añade Vargas.
Lo que se pretende es evitar las construcciones ilegales que carcomieron casi la mitad de la parte sur de San Pedro.
Por una ruta u otra el Cristo abre sus brazos a todo aquel que quiera sentir la grandiosidad del crucifijo más alto del mundo. Al marcharse del lugar es imposible no volver a su altar situado en la cúspide del cerro San Pedro. Es hora de revalorizar los atractivos Cochalas.
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