Más allá de ser la capital de las flores la producción agrícola y pecuaria del municipio de Tiquipaya se ha diversificado y nutre su desarrollo a un ritmo acelerado. Crianza de camélidos, truchas, producción de miel y papa hacen fuerte el crecimiento de este municipio.
Sus habitantes reconocen tres zonas ecológicas diversas en su territorio: monte, puna y valles. En la zona de monte la apicultura es coronada como el rubro productivo estrella de sus habitantes. La producción y transformación del locoto a locoto en polvo, es base de la economía de las comunidades.
Esta región es además uno de los pocos lugares en el mundo en que el jucumari (oso andino), una criatura mitológica andina y en peligro de extinción, ha elegido como su morada. La Gobernación declarará a Tiquipaya, en octubre próximo, como reserva silvestre, informó el responsable de la unidad de cultura, Ramiro Ramírez.
Sólo en un paraíso terrenal como éste pueden las vacas y otros animales crecer libres en sus praderas, tal como los animales salvajes.
Los habitantes de tierras altas (la zona de la cordillera), 100 por ciento agricultores, se dedican a la producción de papa y elaboración de chuño; las variedades waych’a y la luk’i son las más apetecidas. La crianza de camélidos en esta zona es la que ha otorgado a Tiquipaya el premio “Gran Campeón” durante la séptima feria departamental de camélidos. “Las especies k’ara y thampuyu son las que caracterizan a Tiquipaya, por su carne y fibra, respectivamente”, informa el director de Desarrollo Productivo, Julio César Antezana.
Desde hace 4 años la producción familiar, se ha especializado para un mejor manejo en relación a la reproducción, la desparacitación, faeneo, y tratamiento del cuero. El apoyo técnico del Servicio Departamental de Agricultura y Ganadería (Sedag) hace posible este desarrollo.
Los tiquipayeños se jactan de tener una importante reserva de agua, principalmente en fuentes superficiales como las lagunas de Escalerani, Wara Wara, Lagun Mayu y Chhancas entre las más de 100 lagunas en este municipio. Esta característica les permitió desarrollar la piscicultura como uno de los rubros productivos más importantes.
En los últimos meses, con el apoyo de Sedag, se sembró 101.568 alevinos (crías) de truchas, informó Antezana.
En los valles la producción de flores, hortalizas, así como la crianza de ganado lechero luchan ante la fuerte presión de grupos migrantes, que desde la relocalización en las minas son atraídos por la belleza de su paisaje y su acogedor clima.
“La migración ha influido mucho en la vocación agrícola, las otras zonas (monte y puna) la actividad es 100 por ciento agrícola, pero en los valles sólo un 20 a 30 por ciento se dedica a esta actividad”, señala Antezana.
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