Para quienes llegan hasta la catarata Ahlfeld por vía fluvial y terrestre, en el Parque Noel Kempff Mercado, la proximidad física de este espectáculo natural, generosamente bello, resulta sencillamente sobrecogedor. Cuando se alcanza la cima de esta espumeante catarata, una sobrecogedora sensación de asombro y fascinación se apodera del visitante.
La caída libre de un río completo en una garganta de la meseta de Caparús, es una de las maravillas naturales que hasta hoy muy pocos visitantes han tenido el privilegio de admirar.
Después de nadar en las frescas y profundas aguas de la espaciosa laguna que origina esta brusca interrupción del curso del río, al visitante maravillado le espera una exigente pero ineludible ascensión hasta la cima del farallón. La caminata bajo el bosque intacto es toda una experiencia para el observador de plantas y especies forestales, aves, insectos, monos y mamíferos de mayor tamaño, y todo el esfuerzo físico desplegado se justifica de un solo golpe al llegar a lo más alto de la cascada. Todo allí es energía, espuma y estruendo de un río suicida, que se desploma verticalmente 42 metros abajo, para luego seguir roturando mansamente la selva.
Al centro del despeñadero un árbol se aferra tenaz a la roca, al borde mismo del precipicio, desafiando la fuerza del agua despeñada en fragor de hecatombe.
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