A 400 kilómetros al este de Santa Cruz está Roboré, un pueblo con hermosos atractivos donde resaltan sus balnearios naturales, de aguas cristalinas, pero además destaca su exuberante vegetación.
Chorro de San Luis. Entre los balnearios más importantes está El Chorro de San Luis, que tiene una caída de agua cristalina de cerca de 25 metros de altura.
Debajo de esta caída está una gran poza, rodeada de cañones, rocas y abundante vegetación. Al frente de la catarata, se encuentra una pequeña playa de finas arenas que complementan la majestuosidad del lugar.
Es un lugar ideal para disfrutar del paisaje, de las aguas. Para acceder al lugar es necesario realizar una caminada de 2 horas a través de sendas naturales.
Los totaisales. Así se denomina a otro de los lugares muy concurridos. Está a 5 kilómetros al norte de Roboré.
Su nombre se debe a que en el lugar existen abundante palma totaí. Al lugar se puede acceder a pie o en vehículos todoterreno.
Se puede disfrutar de pequeñas cascadas y pozas refrescantes.
Aguas calientes. Otro atractivo de mucha importancia es Aguas Calientes, está ubicado a 31 kilómetros de Roboré.
El lugar posee un afluente natural de aguas termales. Está rodeado de mucha vegetación y las aguas alcanzan temperaturas de hasta 35 grados centígrados.
Las aguas calientes que salen desde el subsuelo poseen minerales ideales para el tratamiento de enfermedades como el reumatismo y la artritis. Otras personas aseguran que el barro es muy útil para mejorar la piel.
En aguas calientes, los sitios más populares son La Cabecera, Los Hervores, El Burriño y El Puente.
El Chorro. Es el balneario más cercano al pueblo. Está a 1 km. de Roboré y aprovechando una cascada del río Roboré, el Ejército construyó este lugar, que cuenta con un par de pequeñas caídas que dan origen a su nombre y a una hermosa gran piscina que invita al visitante a sumergirse en sus aguas cristalinas.
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