PRESTAN SERVICIO DE TRANSPORTE Y VIGILAN LAS CAPRICHOSAS AGUAS DEL RÍO MAMORÉ | SON PONTONEROS QUE TRABAJAN DÍA Y NOCHE.
El Mamoré nunca duerme. Son las 3:00 am y en puerto Los Puentes (Trinidad) el rugido de motores de los deslizadores ha rasgado en pedazos el silencio del río emblema del Beni. Se oyen gritos de hombres que vienen desde la otra orilla. Hay luces que se abren paso en la oscuridad de la madrugada y que se mueven como luciérnagas: son las linternas encendidas de los ‘pontoneros’, que advierten la llegada de una de las 20 barcazas que opera en ese puerto, seguramente uno de los pontones mayores, pues se alcanza a ver la sombra de una mole que se arrastra por las aguas y que viene con un camión de carga y dos buses.
Un hombre delgado, joven y con cara de rendido se acerca y dice que se va a poder cruzar el río después de que el flotante que viene del otro lado llegue y encalle en este barranco. De este lado está Trinidad, a 14 kilómetros. Cruzando el Mamoré está el camino que lleva a San Ignacio de Moxos. Cruzar a la gente y a su carga al otro lado del río, día y noche, esa es la razón de ser de los pontones, que no son otra cosa que plataformas flotantes de madera, de distintos tamaños y capacidades de carga y que vienen y van, de una orilla a otra. La mole encalló y el encargado da pie al abordaje.
Se llama Jorge Vargas. Él es quien guiará con su linterna a este pontón bautizado La Perla del Mamoré, con ayuda del bote chico que remolca la plataforma a fuerza de motor y que es manejado por Jacinto Noe. Ambos son jóvenes, no pasan de 20 años. Ellos trabajan allí más de 12 horas para llevar el pan del día a sus casas. A cambio reciben, según cuentan, Bs.- 200 por jornada.
“Son Bs.- 100… es que es tarde y en esta ida no hay más pasajeros que ustedes”, cobra Jorge. Apenas se le entiende porque tiene la mejilla derecha inflada como globo por la coca que acullica con ansias. De día, el traslado cuesta Bs.- 50 por vehículo y es que hay más viajeros que cruzan cada minuto las aguas del Mamoré. “Unos 30 cruces de ida y vuelta en todo el día”, dice Jacinto.
Solo en puerto Los Puentes operan 20 pontones, todo el día. Se hacen turnos para no bajar la guardia porque siempre hay alguien que quiere cruzar. De los 20, más de la mitad pertenecen a sencillos comunarios del lugar que se ganan la vida sobre las barcazas que han construido con sus propias manos. Otros han contratado gente, como Jorge y Jacinto, para que trabajen con sus flotantes a cambio de un sueldo.
De cualquier modo, cada pontón necesita cinco personas para operar: uno de guía, otro maneja el bote, un tercero hace cuentas y los dos últimos están a ambos lados del lecho del río, esperando para ayudar a zarpar o atracar el pontón.
Para los pontoneros, el Mamoré es más que un río, es algo así como una casa en la que han crecido desde chicos. Están familiarizados con la bravura de sus aguas, con el barro, con la brisa tranquila y con el vuelo de cormoranes negros que, de cuando en cuando, se lanzan en clavado al río para llevarse peces en el pico. Todo eso es sagrado para los pontoneros y ellos se sienten guardias del río, porque patrullan día y noche.
“Nosotros somos guardianes del Mamoré, casi siempre alguno está surcando el río, ya sea de puerto Los Puentes o de cualquier otro”, dice Jacinto, cuando se le consulta qué es para ellos este caudal que hace las veces de espina dorsal de Beni.
Y es que este afluente mayor es una de las vías de tránsito que conduce hacia la frontera amazónica con Brasil. Por esta vía se gesta el contrabando de combustible y de algunos víveres, cuentan los pontoneros; de modo que son ellos los encargados de hacer las denuncias respectivas ante la Naval y las autoridades públicas.
Algunos de estos hombres se aventuran en viaje sobre las aguas de este caudal, aprovechando que es madre de las aguas que corren por el Beni, y llevan pasajeros con carga hasta otros pueblos, como Santa Ana de Yacuma o San Ramón de Mamoré.
Útil PARA EL VIAJERO
• El río Mamoré nace de las confluencias de los ríos Chapare y Mamorecillo, entre los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba.
• Es un río meándrico, ya que tiene numerosos afluentes en todo su recorrido. El Mamoré tiene una cuenca de 241.660 km² y sus principales alimentadores son los ríos Isiboro, Yata, Grande o Guapay y el Iténez. En la región norte, donde el Mamoré confluye con los ríos Beni e Itenéz, se vincula con el río Madeira, que pertenece a Brasil.
• El Mamoré tiene una longitud real de 1.319
kilómetros desde su nacimiento hasta la confluencia con el río Beni. Pero al ser un río meándrico se le suman otros 681 kilómetros hasta hacer un total de 2.000 kilómetros.
• En 2010, el gobierno nacional ofreció a los benianos construir un puente en puerto Los Puentes para agilizar el paso del transporte por ese tramo. Sin embargo, aún no se ha concretado. Ese anuncio no fue del agrado de los pontoneros que viven de trasladar a personas y carga de una orilla a otra.
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