El Alexander Museum Palace Hotel de Pesaro, ciudad ubicada en el noreste de Italia, frente al mar Adriático, decidió ofrecer facilidades y descuentos, incluyendo estadías gratis, a las personas bien educadas, con el fin de premiar las ya poco frecuentes “caballerosidad y galantería”.
El desafío fue lanzado por el propietario del establecimiento, uno de los mejores hoteles de diseño de Europa. El conde Nani Marcucci Pinoli di Valfesina dijo que busca así “crear en torno del art hotel un turismo de motivación, más que de destino”.
Según el conde, “hoy se siente la necesidad de recuperar el sentido de la medida, el comportamiento real (y no formalmente) educado, el placer de conversar civilmente, la verdadera elegancia, que no es el lujo sino que está determinada por el sentido del gusto y de lo bello”.
Un sentido que tiene ubicación ideal en el Alexander Museum Palace, un hotel-museo incluido entre las “obras de arte no transportables” de la Bienal 2011.
Arte y estilo
Nueve pisos de arte contemporáneo, 63 habitaciones firmadas por 75 artistas distintos y las partes comunes decoradas por otros 25. Además cuenta con una piscina bellamente trabajada en azulejos, que lo convierte en una de las joyas de la región de Las Marcas.
Frente al hotel se levanta una estela firmada por el artista italiano Enzo Cucchi de 16 metros de altura, y adentro hay una gran colección de esculturas y cuadros de Sandro Chia, Gió Pomodoro y Mimmo Paladino, entre otros.
El conde, que tiene un pasado de diplomático que le hizo “amar la buena educación”, afirma que personalmente se adapta “a todo”. Pero “fueron los propios clientes quienes me hicieron notar algunos comportamientos no siempre consonantes”.
De ahí la idea de premiar el “bon ton” y el refinamiento con descuentos y facilidades, aunque para llegar a la estadía gratis hay que ser el “non plus ultra” de la clase, la elegancia y la educación verdadera.
El objetivo detrás de la iniciativa es hacer del hotel un lugar de encuentro de personas que comparten estos “valores de educación, elegancia, sentimiento de lo bello, amor por el arte y la cultura”.
“En un mundo que se vulgariza dada vez más -concluyó el propietario del hotel-museo- un comportamiento educado, un vestir elegante y modales refinados pero no afectados se convierten en una obra de arte”.
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