El turismo comunitario en Cochabamba es impulsado con inversiones propias de las comunidades. La Gobernación aún no asigna un presupuesto específico a esta modalidad que se constituye en una de las formas de organización en el marco del nuevo modelo económico plural del país.
A diferencia de otras modalidades, el director de Turismo de la Gobernación, José Serruto, explica que el turismo comunitario nace de colectivos con una identidad, donde los fines son económicos pero también sociales, y sus utilidades son distribuidas entre todos.
“Turismo tiene un monto global de Bs 490.000 que es destinado a material promocional de actividades como el Festival del Charango o la fiesta de Urkupiña que buscan promover el conjunto del territorio y su cultura”, informó Serruto.
Según la autoridad la elaboración del Plan de Desarrollo Departamental permitirá identificar los atractivos a nivel departamental, los actores, las estrategias, y finalmente establecer pactos para dar el apoyo económico respectivo. Este trabajo tendría que estar concluido al finalizar el primer semestre.
“Es mandato de una ley nacional, a las autoridades, trabajar en la conservación de estrategias comunitarias, en el marco de la economía plural”, dijo Serruto.
Hasta ahora las experiencias fueron gestionadas y sostenidas con la inversión de las propias comunidades, que conservan su organización pese a todas las limitaciones.
Cabe destacar que la fortaleza de muchas comunidades en este ámbito están sostenidas en el respeto a sus formas de organización local y la redistribución equitativa de los beneficios, así como de las responsabilidades.
Sin patrones, ni inversionistas, lo comunal va ganando terreno en un contexto económico donde se promueven nuevas alternativas de desarrollo.
Reinversión dinamiza al sector
La reinversión y potenciamiento del patrimonio cultural y turístico de cada región son parte de las estrategias para la generación de nuevas fuentes de ingreso de sus habitantes.
Experiencias como las aguas termales en Liriuni y el bosque de pinos en Chocaya, Quillacollo o Kawsay Wasi en el trópico permiten identificar otras actividades complementarias como la gastronomía nativa, la artesanía y la guía de turistas.
“En lugar de ser taxistas o comerciantes, ahora los jóvenes se capacitan para dedicarse al turismo”; destacó Serruto, señalando que el valor agregado de esta actividad es la satisfacción y el orgullo de sus habitantes de ser reconocido por los visitantes.
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