El municipio de Irupana (norte de La Paz) y la arqueóloga italiana Patrizia Di Cosimo presentaron ayer el proyecto Ruta del Illimani, que busca la creación de un circuito turístico alrededor de las ruinas de una ciudadela edificada hace aproximadamente mil años, por una civilización aún no identificada.
Los vestigios arqueológicos, ubicados en territorios comunales de Irupana, comprenden un complejo religioso, una fortaleza y varias viviendas pétreas de una arquitectura única en su tipo, además de numerosas terrazas agrícolas y cinco caminos precolombinos prácticamente inexplorados.
“El proyecto preve la creación de un circuito turístico y la puesta en valor de las ruinas a través de su investigación y resguardo, con la participación de los comunarios”, afirma Di Cosimo, quien trabajó en la región yungueña por 11 años gracias al apoyo de la cooperación italiana.
Según la investigadora, inicialmente el proyecto durará cinco años, en los que se desarrollará la investigación y el diagnostico de las ruinas, y el mejoramiento de los servicios básicos de la comunidad de Irupana, tanto para el turismo como para los vecinos.
Clemente Mamani, alcalde de Irupana, declaró que si bien el proyecto cuenta actualmente con una financiación mínima, el municipio está comprometido para gestionar mayores recursos para su desarrollo.
“No conocíamos la magnitud de las ruinas, pero gracias a la investigación de Di Cosimo esperamos que se logre la restauración y se arme un circuito turístico para beneficio de las casi 5.000 personas que viven en la zona”, declaró la autoridad a Página Siete.
Características
Muros muy altos en forma escalonada, puertas de falso arco -distintas a las trapezoidales características de la arquitectura andina-, y construcciones a base de piedra laja dispuesta de modo vertical son algunas de las características que, según Di Cosimo, hacen que la arquitectura del complejo de Irupana sea “única en su tipo”.
Aunque no hay información certera sobre la cultura que se desarrolló en la ciudadela, la italiana considera que se trató de una civilización intermedia entre Tiwanaku y el imperio incaico, a la que decidió llamar la cultura Chunga Mayu, por el río homónimo que pasa por las cercanías.
Según la investigadora, el complejo arqueológico se encuentra “bastante bien conservado” debido a la altura del lugar, que permitió que la vegetación no cubra del todo los restos. “El daño más grande fue el saqueo de las ruinas porque se era un lugar sagrado”, concluyó.
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