El hotel boutique Casa Fusión, que acaba de abrir sus puertas en Sopocachi, es uno de los pocos en su género en Bolivia. Estos establecimientos suelen ser pequeños, familiares, confortables, muchas veces lujosos, y ofrecen una atención personalizada a los huéspedes.
El hotel funciona en una tradicional casa, en la calle Miguel de Cervantes, donde Ernesto Thaín pasó su infancia y parte de su vida adulta. Ni él ni su esposa, Ximena Ruiz, provienen del rubro de la hotelería, pero hace 12 años son dueños de la pastelería Coconut, que también es parte de la casa, y durante un tiempo tuvieron un pequeño restaurante. Contar con un hotel como éste es un sueño que ambos habían tenido ya desde hace mucho tiempo. Después del fallecimiento de los padres de Ernesto, ellos vivieron durante un tiempo en la casa que después se alquiló para oficinas. Recién hace dos años atrás el proyecto del hotel- boutique empezó a tomar cuerpo.
El concepto
El hotel Casa Fusión cuenta con 13 habitaciones, lo que en los hechos lo convierte en un “hostal”, debido a que en el ámbito de la hotelería nacional no existe aún la categoría de “hotel boutique”. “Lo puedes vender como un hotel boutique, pero ante la Gobernación un hotel no puede tener 13 habitaciones. En eso ‘le hemos pelado’, pero digamos que somos un hostal de cinco estrellas”, dice con gracia Ernesto Thaín.
“Los hoteles boutique generalmente funcionan en casas antiguas, clásicas de la ciudad. Se destacan por brindar, a pesar de ser pequeños, la calidad y los mismos servicios de un hotel de cinco estrellas. Nosotros nos esmeramos, por ejemplo, en saber los gustos de los huéspedes en cuanto a la comida, darles un mejor servicio”, explica el propietario.
Según Winnie Gonzalez, de la Cámara Hotelera, el reglamento 185/01 establece categorías y los módulos de clasificación específicos para el rubro. Sin embargo, la categoría en cuestión no existe, puesto que en 2001 -año en el que se promulgó la ley- aún no estaban difundidos estos hoteles. Tampoco los establecimientos ecoturísticos. Actualmente la ley se encuentra en revisión.
Para Olivia Durán, de la empresa RTM, mayorista en turismo, al menos en La Paz no existe la infraestructura ni la capacidad de inversión para hoteles de esa naturaleza.
Patrimonio
La antigua casa que hoy se ha convertido en un hotel se construyó a fines de la década de los años 40, está hecha de adobe y piedra y, aunque en la remodelación se hayan tumbado paredes y creado nuevos espacios dentro de la casa, no se han echado abajo los muros principales y se ha conserdo la fachada original, hecho que la convierte en una casa patrimonial del barrio de Sopocachi. “Hemos conservado los pisos y la fachada y, por mantenerla, la Alcaldía nos ha dado el calificativo de ‘patrimonio cultural’”.
La vida de lo que alguna vez fue una casa de familia aún sigue vigente en el hotel. Se la siente en los detalles, en los pisos de madera, en algunos objetos, muebles, estantes, secretaires y alguna silla, que pertenecieron a la casa en un pasado no muy lejano.
En una pared, detrás de la puerta de entrada, destaca una piedra sobre la que está tallada y pintada la Virgen de Copacabana. La piedra perteneció a la tatarabuela de Ernesto, que la encontró en la mazmorra y en la piedra se formó la imagen de la Virgen.
“A mi tatarabuela la Virgen se le apareció en esta piedra”, dice Thaín y agrega que “antes tenía una coronita que le han robado”. Hoy, esta imagen religiosa custodia la entrada del hotel.
La remodelación estuvo a cargo de un arquitecto, pero fue el dueño quien se encargó de la obra fina. A pesar de no ser arquitecto, siempre fue un aficionado de la arquitectura y todo lo que tiene que ver con la decoración de interiores. “El concepto de hotel boutique consiste en una fusión de lo moderno con lo clásico, hasta con lo rústico. Hemos tratado de conservar líneas rectas y crear espacios amplios y claros”, dice con respecto a su obra.
Viajeros ejecutivos
Las habitaciones del hotel son confortables, acogedoras y funcionales. Más que para turistas, están especialmente diseñadas para ejecutivos, personas que llegan a la ciudad a trabajar. Parte de la cafetería se encuentra al aire libre frente al hotel y la otra está cubierta por una cúpula de vidrio.
Hasta ahora el alojamiento ha tenido una muy buena aceptación por parte del público. “No me esperé la respuesta que hemos tenido, a la gente que ha venido le ha gustado hemos y tenido realmente una buena acogida·”, dice el empresario.
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