Si la pobreza es una realidad inocultable en las comunidades del pueblo guaraní, también lo son la cordialidad y simpatía que caracteriza a esta gente de tez curtida por soles de casi todo el año y noches invernales que se combaten con fogatas en medio de las habitaciones, donde abunda el mate y las expresiones de hospitalidad para con todos los visitantes y viajeros de paso.
Las familias guaraníes que habitan en las comunidades del municipio de Charagua, son dominantes en la población charagüeña, es decir que más del 55% es originaria. Los blancos son menos y viven casi en su totalidad en la capital de la comuna.
Con la sonrisa a flor de labios, disimulando dificultades y mostrando lo poco que producen, los guaraníes de Alto y Bajo Isoso pasan la vida tranquilamente bajo los frondosos árboles. Mientras las mujeres tejen o cocinan, los varones beben yerba y fuman cigarros preparados por ellos mismos. No hablan del Estado nacional, pues para ellos, eso es algo extraño. Nunca se acuerdan del guaraní.
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