A diferencia de otros años, el número de peregrinos en el santuario de Copacabana se vio disminuido, tanto así, que este año, sólo hicieron el recorrido aproximadamente 15 mil personas. No ocurrió lo mismo con la cantidad de vehículos, que colmaron las pequeñas calles del turístico santuario y habrían pasado los 100.000, de acuerdo con cálculos del Tránsito.
En contacto telefónico con EL DIARIO, el alcalde municipal de Copacabana, Emir Fernández Quispe, informó que el número de vehículos que fueron a recibir la bendición se incrementó en un 50%.
“Este año nos hemos visto colmados por la cantidad de movilidades que se dieron cita a Copacabana”, dijo Fernández.
Cada año, miles de peregrinos esperan la Semana Santa, para realizar una caminata de aproximadamente 150 kilómetros hasta la ciudad de Copacabana con el objetivo de hacer prevalecer su fe religiosa.
Ni la lluvia, el sol o el viento detienen a los cientos de creyentes de la Virgen de Copacabana que emprenden su caminata tres días antes del feriado de Semana Santa, algunos hacen el recorrido a pie y otros prefieren las bicicletas, pero este año las movilidades fueron la principal característica.
Sin embargo, otra fue la tónica en Copacabana. “La gran mayoría de visitantes llegó en sus movilidades, aproximadamente cinco mil movilidades visitaron al santuario para su bendición, la playa estaba completamente repleta de vehículos de todas marcas y modelos, continuamos haciendo inspección a estos autos para evitar cualquier problema”, señaló el Alcalde.
Por tres días los fieles caminan hasta el templo de la localidad paceña para renovar su fe. Este año el número de éstos alcanzó a unas 15 mil personas, lo que ha llamado la atención de las autoridades locales.
ESPECULACIÓN
Asimismo, dijo que los controles fueron constantes para la población habiéndose escapado algunos detalles como el excesivo cobro en los pasajes y algunas comerciantes inescrupulosas que pedían más de lo acordado para todo el comercio en esta celebración. Balseros de Tiquina, trancas de peaje, comerciantes de comida y hoteleros obtuvieron ganancias únicas en el año.
Quispe lamentó que no se haya podido controlar con eficacia los precios de los diferentes servicios que se rigieron –esta vez- por una demanda excesiva.
CONTROLES
La tranca de San Roque, en la ciudad de El Alto, fue uno de los puntos de partida de los caminantes y también uno de los cinco puestos de control instalados por Tránsito en el recorrido. Los otros están en Peñas, Huarina, Tiquina y cerca de Copacabana.
En los puntos de control se revisan que los choferes no eleven la velocidad, no estén en estado de ebriedad o que estén consumiendo bebidas alcohólicas. Además, la Policía destinó 800 de sus efectivos para la implementación del Plan Peregrino y están desplazados en toda la carretera a Copacabana.
Por su parte, el grupo de Salvamento y Rescate (SAR) dispuso de 80 de sus efectivos para que éstos instalen 14 puntos móviles para ayudar a los peregrinos durante su recorrido.
También La Cruz Roja Boliviana instaló varios puntos de socorro en la carretera al Santuario de Copacabana para ayudar a los peregrinos que tienen la costumbre de caminar en Semana Santa.
EL TRÁNSITO CONTÓ 100.000 MOTORIZADOS
Resultó insuficiente el número de efectivos de la Policía que se desplazo hacia el santuario de Copacabana, el cual se encontraba colmado de miles de visitantes. El viernes, más de 100.000 vehículos se desplegaron hacia el municipio de Copacabana, en el departamento de La Paz transportando a pasajeros, según el reporte policial.
El comandante de la Policía Departamental de La Paz, coronel Alberto Aracena, informó que unos 500 efectivos fueron desplegados en la vía al santuario para efectuar el trabajo de prevención y control, siendo que para el mismo santuario, el contingente no superaba los 200 de acuerdo con informes recabados por este medio.
Copacabana quedó pequeña. Los hoteles y pensiones no dieron abasto a la cantidad de gente que llegó. Miles durmieron en las plazas e incluso en la playa soportando el frío. Los que pudieron hacerlo, pasaron la noche en sus vehículos, de acuerdo con testimonios de viajeros.
Si bien las autoridades municipales han observado una reducción en el número de peregrinos, el número de visitantes que llegó en vehículos superó toda la capacidad física de Copacabana lo que, sin embargo, significó un importante movimiento económico para la zona.
El ingreso de cerca de 100.000 vehículos ha significado una generación importante de recursos tanto para el municipio como para los balseros de Tiquina que cobran un promedio de Bs. 60 por motorizado.
El tránsito habilitó, el viernes, seis carriles en la tranca de Corapata para el cobro del peaje
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