El nombre de la ciudad, que fue fundada el 18 de mayo de 1525 por un grupo de españoles encabezados por Juan de Medina, es atribuido al conquistador Francisco de las Casas, quien era natural de la ciudad extremeña de Trujillo, en el oeste de España, según apuntes históricos.
De las Casas llegó a Trujillo por mandato del conquistador Hernán Cortés, quien estaba en México.
A pesar de la abundante belleza natural de Trujillo, con su bahía del mismo nombre que invita al visitante a quedarse por la quietud de sus aguas y las diversas tonalidades de azul del mar, la inversión pública y privada es escasa.
La razón por la que esta región hondureña no crece, afirman los nativos de Trujillo y sus visitantes, es la falta de buenas carreteras y el abandono de su pequeño aeropuerto construido en la primera mitad del siglo pasado, cuando a aquí solamente se podía llegar por avión o barco.
Sus atractivos
Trujillo, “por sus encantos naturales podría ser un destino turístico tan importante y concurrido como Cancún”, en México, comentó su alcalde, José Antonio Laínez.
El jefe del gobierno local recordó que Trujillo fue la primera capital de Honduras y que a pocos kilómetros de esa ciudad, en lo que ahora se conoce como Puerto Castilla, antes Punta Caxinas, los españoles celebraron la primera misa en tierra firme del continente americano.
Ese hecho fue recordado en el mismo sitio el 12 de octubre de 1992, con ocasión de los 500 años del Descubrimiento de América, y se levantó un monumento conmemorativo a la primera misa, aunque Cristóbal Colón no pudo desembarcar en el lugar, al parecer por razones de salud, según algunos historiadores.
Trujillo fue blanco de ataques de piratas y corsarios franceses, ingleses y holandeses que eran enemigos de España durante la conquista de América.
De esas luchas ha quedado el recuerdo permanente de España con la Fortaleza Santa Bárbara, cuyas ruinas lucen imponentes en lo alto con más de una decena de sus cañones silenciados apuntando al mar.
El alcalde de Trujillo considera que la ciudad necesita buenas carreteras que la acerquen a otras de los departamentos vecinos de Atlántida y Cortés, en el Caribe; Yoro, en el norte; Olancho, al oriente; y Francisco Morazán, en el centro, donde se localiza Tegucigalpa.
Por falta de una carretera central, por ejemplo, viajar desde Tegucigalpa hasta Trujillo en autobús cruzando el centro y norte del país implica de ocho a nueve horas, cuando por la primera vía se podría hacer en entre cinco y seis, lo que permitiría un mayor movimiento de turistas, acotó Laínez.
Otra carretera que promueven los alcaldes de Trujillo y varias comunidades costeras de Colón, como Santa Fe, es una que les comunique con La Ceiba, la segunda ciudad más importante del Caribe de Honduras, después de Puerto Cortés, también fundada por los españoles.
Esa vía paralela a la costa reducirá a una hora el trayecto entre La Ceiba y Trujillo, que actualmente se hace en unas dos horas y media en autobús, dijo el alcalde de Trujillo.
Laínez también sueña con que algún día se construya un moderno ferrocarril interoceánico entre Puerto Castilla y Amapala, en el Pacífico de Honduras, lo que en su opinión agilizaría el comercio internacional, cruzando la vía en menos tiempo que el que toman los buques que cruzan por el Canal de Panamá.
“Es cuestión de hacer inversiones con capital público y privado como han hecho con grandes proyectos países como Colombia y Panamá”, citó Laínez como ejemplos.
Trujillo, con sus ocho aldeas y 118 caseríos, tiene una población global de unos 58.000 habitantes que, en su mayoría, se dedican a la agricultura, la pesca y el turismo.
Otros atractivos de Trujillo son el viejo cementerio, del siglo XVIII, donde está enterrado el filibustero estadounidense William Walker, quien fue fusilado el 12 de septiembre de 1860; el parque nacional de Capiro y Calentura; la laguna de Guaimoreto, un refugio de vida silvestre, y la herencia cultural de los afrodescendientes que viven en la zona.
Además de carreteras, Trujillo clama por un moderno sistema de alcantarillado, mejor infraestructura hotelera y empleo para atender una demanda laboral de miles de jóvenes, expresó por su parte el historiador y maestro de educación media Edilberto Cuevas.
Según Cuevas, en Trujillo “hay una ciudad flotante de más de 12.000 jóvenes emigrando, unos hacia otras ciudades del país y otros a Estados Unidos, en busca del sueño americano, porque aquí no hay trabajo”.
Actualmente, una empresa canadiense construye un puerto para cruceros, el primero en tierra firme en Honduras, como parte de la poca inversión que se está haciendo en Trujillo en materia turística.
Un turista indicó que en Trujillo “hay una monja ejemplar, Elena Villalba, quien está escolarizando niños en la montaña desde la terraza de su casa, desde de donde se ve toda la bahía de Trujillo con su impresionante belleza” (EFE Reportajes).
Trujillo, “por sus encantos naturales podría ser un destino turístico tan importante y concurrido como Cancún”, en México, comentó su alcalde, José Antonio Laínez.
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