domingo, 11 de noviembre de 2012

Calle Jaén, para sentir La Paz

IMÁGENES | MUESTRAN LA CALLE MÁS HISTÓRICA DE LA PAZ Y SUS ENCANTOS, QUE INVITAN A TODOS A VISITARLA.

El que no ha visitado la calle Jaén, no conoce La Paz. Esta es una máxima de todos los que habitamos esta maravillosa ciudad, llena de luces y sombras, de historia y de incipiente modernidad, y de leyendas y realidades casi tan fantásticas como los mitos que la rodean. En esta calle se ubican varios museos como el Museo del Oro y Metales Preciosos, el de Instrumentos Folklóricos, el Museo de la Coca, el de Etnografía y Folklore y el del Pacífico, entre otros. Los visitantes pueden encontrar también varios locales que ofrecen desde espectáculos folklóricos como las tradicionales peñas, y comida y bebida nacional y también internacional, hasta artesanías de todo precio.

La Jaén empieza en la calle Obispo Indaburu y se alarga hasta la calle Sucre. La mayoría de sus viviendas data del siglo XVIII y XIX y lleva su nombre en honor al prócer Apolinar Jaén, quien peleó junto a Pedro Domingo Murillo, en cuya casa se germinó la revolución del 16 de julio de 1809. La casa de este héroe es la mejor conservada de la calle, aunque en general fachadas, aleros, ventanales y balcones, se encuentran conservados, unos más otros menos, para darle el toque único que tiene esta calle.

El historiador Jorge Siles Salinas, en su libro “Guía de la ciudad de Nuestra Señora de La Paz”, define perfectamente la esencia misma de la Calle Jaén: “Al paceño que ama verdaderamente su ciudad le gusta demorarse en esta calle, respirar a fondo, bajo sus balcones salientes, la atmósfera cargada de sabor histórico que circula entre sus casas de dos plantas, abiertas a patios interiores, floridos en algún caso, en penoso estado los más, a los que es grato asomarse para atisbar, que disparan nuestra imaginación hacia los primeros años del 1800, cuando se iniciaba el proceso de Emancipación.”

La calle Jaén, la mejor conservada de la ciudad sede de gobierno, es sin duda un lugar repleto de tradición, y para muchos que lo juran, incluso de fantasmas.

LA CRUZ VERDE



Emplazada en una de las esquinas de la angosta calle, se puede ver una cruz, alrededor de la cual se han tejido muchas historias. La más conocida habla de un alma en pena que aún hoy continúa rondando en las noches frías y que encuentra su lugar debajo justamente de esa cruz.

Antonio Paredes-Candia, la describe: “Dicen que todas las noches, desde las doce, sentada en una silla de Caracato, luciendo una cabellera muy blanca, aguardaba a que pasaran los incautos. Siempre se encontraba hilando lana de alpaca unas veces y otras simulando tejer una bufanda que como el lienzo que bordaba Penélope, nunca se concluía.

Cuando un hombre ebrio se atrevía a enfrentarle o un ingenuo cruzarle en su camino, la viejecita con señas muy tiernas y palabras almibaradas les atraía, y con los hilos anticipadamente dispuestos, les enredaba hasta matarlos por asfixia.

Muchas fueron las víctimas que al día siguiente se encontraban sin vida en aquel recodo; razón para que gentes supersticiosas colgarán de la pared una cruz de color verde que tenía por objeto ahuyentar a la súcubo, cruz que hoy aún está a la vista del paceño transeúnte y que es para él sólo un adorno ingenuo del tiempo pretérito.”





• 1. Transeúntes caminan por la calle Jaén, llena de historia y tradición-

• 2. El empedrado de la calle Jaén es uno de sus atractivos.

• 3. La Cruz Verde colocada hace años por los vecinos para alejar a los fantasmas.

• 4. Varios negocios funcionan en esta calle.

• 5. Un grupo de ancianos del Hogar Quevedo, toma sol en la acera de la calle Jaén.

• 6. La historia de la calle Jaén resume muchas de las tradiciones de La Paz.

• 7. Un grupo de turistas fotografía las fachadas de las casas de la Jaén.


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