La celebración de Todos Santos en Sucre, se ha convertido, además de un acto de tradición religiosa, en una oportunidad para recorrer el histórico Cementerio General de la Capital de Bolivia, el mismo que recibe estos días a miles de visitantes que acuden al camposanto a cumplir con un ritual que data de varios siglos.
El Cementerio General destaca por su arquitectura neoclásica en su fachada, la misma que data de la última década del Siglo XIX, cuando los arquitectos Luis Núñez del Prado y Antonio Camponovo presentaron un plano para el acondicionamiento de la antigua necrópolis que se encontraba emplazada en la zona oeste de la capital, concretamente en el barrio de San Roque.
Según el historiador Guillermo Calvo Ayaviri, hasta antes de 1879 el Cementerio de Sucre tenía un aspecto muy diferente al actual, y fue gracias a los donativos de personalidades de la política y las empresas, como Gregorio Pacheco, Aniceto Arce (ambos expresidentes de la República), o el millonario Belisario Loza, que se pudieron emprender las obras de reconstrucción.
También, el proyecto recibió aportes del entonces Arzobispo de Sucre, Monseñor Pedro José Cayetano de Llosa, y del Tesoro General, con lo que pudieron iniciarse los trabajos de embellecimiento del camposanto.
Hoy se pueden ver los suntuosos mausoleos que guardan los restos de Pacheco y Arce y de sus descendientes, monumentos que se han convertido, además, en los principales atractivos de este peculiar cementerio citadino.
Con el paso de los años, otras criptas, unas más sobrias y otras fastuosas, fueron enriqueciendo el aspecto arquitectónico de este recinto, como el encargado por el empresario minero Francisco Argandoña, Príncipe de La Glorieta, quien levantó a principios del Siglo XX un imponente mausoleo con una cripta labrada en mármol de Carrara.
En el Cementerio de Sucre también reposan los restos de personajes importantes de la historia nacional, como los ex presidentes Hilarión Daza (protagonista polémico de la Guerra del Pacífico), Severo Fernández Alonso (el último mandatario en ejercer el poder desde Sucre, hasta la Revolución Federal 1899), o Hernando Siles Reyes, que gobernó al país en los años previos a la Guerra del Chaco.
También se puede ver un monumento a los caídos en las jornadas de la Guerra Civil de 1899, el cual está emplazado en el centro del camposanto, mientras otro predio que acoge los restos de la numerosa Comunidad Israelita que vivió en Sucre hasta mediados de la década de los cincuenta. Muchos de sus miembros habían huido de Europa por la barbarie nazi.
Últimamente, con el apoyo del Municipio de Sucre, también se levantó un mausoleo para los tres caídos en los disturbios contra la Asamblea Constituyente, en 2007, cuando la población sucrense reclamaba el retorno de los Poderes Ejecutivo y Legislativo a la capital del país.
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