La visita al cráter de Jayo Qota inició con un delicioso desayuno ligero, preparado por manos expertas en culinaria basada en quinua, los exploradores degustaron de un mate de yerba denominado lamp’haya, muy buena para el resfrío y el dolor de estómago, también sirvieron unas tortillas de harina de quinua, llamada pito de quinua pasancalla.
El responsable del proyecto, Richard Vásquez, señaló que en la población de Jayo Qota se encuentra uno de los más impresionantes atractivos naturales, un cráter de 2 kilómetros de diámetro, en el centro se cristaliza el agua de sal y en verano se solidifica creando bloques, antiguamente intercambiado por los pobladores para adquirir maíz y otros alimentos.
En los bordes se creó un bofedal abundante en agua dulce de donde las 10 especies animales, en especial las aves que anidan en los muros de las rocas, se refrescan, algunas de ellas está la yaca yaca, wallatos, pájaro amarillo, halcón, perdiz, la lechuza, búhos, zorros, pato silvestre y flamencos rosados, entre otras especies, quienes emigran a esta zona de enero a febrero.
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