La falta de chalecos, aros salvavidas, extintores, botiquines de primeros auxilios, y por contrapartida el exceso de pasajeros y el escaso control de las capitanías de
La Razón visitó el fin de semana Huataja, San Pedro y San Pablo de Tiquina, y Copacabana, cuatro comunidades que rodean al lago Titicaca y en donde asociaciones de lancheros desarrollan actividades de recreación y comerciales en espacios acuáticos.
“No doy chalecos (salvavidas) pues hay que comprarlos. No usamos. Yo hago pesca y trabajo con turismo, y es que llevo poquitos (turistas) no más. Nunca los usé, desde que era niño”, admitió Willy Catari, lanchero de Huatajata.
“Muy caros son, nos cuesta como Bs 150 cada uno; como no tenemos dinero, nos hacemos manualmente de plastoformo y duran un año. Los botes tienen una capacidad de 35 o 40 personas, (pero) cada uno debe tener 20 o 15 (chalecos)”, indicó por su parte Pablo Encinas, dirigente de la asociación de lancheros Unión Marinos de Copacabana.
El martes 4, 14 de 27 personas que contrataron una lancha a motor desde la isla de Suriqui para navegar hacia Huatajata, murieron luego de caer al lago por un vuelco de la embarcación. Sólo nueve se salvaron y cuatro continúan de- saparecidas. La Fuerza Naval informó que hubo exceso de pasajeros, pues la barcaza podía llevar sólo 16. CHALECOS. Son las 11.15 del sábado 8, una lancha a motor transporta a 22 personas de San Pablo a San Pedro de Tiquina. Sólo existe seis chalecos detrás de las cortinas; sin embargo nadie las utiliza, ni el lanchero las ofrece.
Al arribar a San Pedro hay un marinero, pero no dice nada con relación a esta infracción a las normas de navegación. Minutos después, el comandante de la Capitanía de San Pedro de Tiquina, José Quispía, asegura que “todos tienen (chalecos), hacemos controles”. También lo afirmó Teófilo Chanco, de la asociación de Tiquina: “Hacemos que todos se pongan los salvavidas”. Cuando se le señala que un pasajero no lo tiene, responde: “es que se ha debido mojar”.
Al día siguiente, otro dirigente de la misma localidad sólo se limita a pedir los boletos de compra para el cruce del estrecho, pero tampoco exige el uso del chaleco.
El suboficial Manuel Pareja, de la Capitanía de Copacabana, aseguró que supervisan el tráfico de lanchas, aunque dijo que sólo lo hacen de viernes a domingo, pues los otros días no existe mucha afluencia de visitantes. También expresó que además realizan recorridos con sus botes por cercanías del lago.
En San Pedro de Tiquina existe un sindicato con 89 dueños de embarcaciones y en San Pablo, otro con 73. En Copacabana ofrecen servicio más de 100 barcazas. La falta de chalecos no es la única transgresión a las normas de navegación establecidas en el lago como a los instructivos emanados por la Capitanía.
“Hay exceso de pasajeros, existe lanchas para 15, sin embargo cargan más; dan chalecos a unos, pero a otros no. Ya se les exigió en tres oportunidades que cumplan”, enfatizó el suboficial Pareja. En Huatajata, el comandante de la Capitanía no se encontraba el sábado. Sin embargo un marinero manifestó que los botes particulares deben navegar hasta las 19.00, pero algunos no hacen caso. Indicó, además, que los controles que más realizan consisten en vigilar que las embarcaciones no lleven combustible en exceso.
Pareja añadió que los dueños de las lanchas también permiten viajar a pasajeros que están en estado de ebriedad “para ganar un poco más de dinero”, aunque eso está prohibido.
Quispía además manifestó que las lanchas no cuentan con botiquines, ni extintores. Según Encinas, éstas no tienen luces de navegación para las noches, por lo que en casos excepcionales usan sus celulares para alumbrarse.
Un funcionario de Copacabana, que pidió no ser identificado, declaró que también transportan garrafas, cemento y que eso “es peligroso”. Denunció que no todos los lancheros tramitaron su registro, pero aún así ofrecen sus servicios.
La culpa es de la Naval, lancheros y pasajeros
La Capitanía admite fallas, pero anuncia controles más estrictos.De acuerdo con el comandante de la Capitanía de Puerto Mayor del estrecho de Tiquina, José Quispía, la inobservancia en la normativa de navegación es consecuencia de tres razones: incumplimiento de los lancheros, descuido de los visitantes y la falta de un control más “agresivo” por parte de la Naval.
“No tenemos cultura marítima: el lanchero no les otorga los chalecos, la gente no lo exige, otros no quieren ponerse y nosotros como Armada, como no estamos permanentemente (controlando), incurrimos en algo. Hay que ser más agresivos”, indicó la autoridad.
Ante esta evidencia, anunció que se harán más controles a los lancheros y socializarán las normas de navegación para evitar accidentes como el del martes 4 cuando 14 personas perecieron ahogadas.
puerto, son los principales problemas en tres puertos del lago Titicaca.
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