Fue construido para la comunidad de Jayo Qota, la capilla tiene capacidad para albergar a aproximadamente 20 parroquianos, ya que no es muy grande, sus dimensiones son reducidas, pero es el centro donde los pobladores realizan en noviembre y diciembre rituales interesantes.
De acuerdo a la explicación del padre Beimar Salazar Vera, en 1955 se realizaron trabajos de mantenimiento, como el pintado de la fachada y del interior con cal viva.
Los muros tiene más de un metro de ancho, mantiene un estilo de zócalo con una cúpula, además de un retablo cubierto de cal viva, todas sus características dan cuenta de un estilo europeo ya que cuenta con una terraza, considerada por el padre como una joya arquitectónica.
Los pobladores tienen una fiesta grande, que se celebra el 8 de diciembre, en conmemoración a la Virgen de la Concepción, hay música y bailes folklóricos, además de un ritual para convocar a la lluvia.
En él se ofrendan dos ovejas, una negra y otra blanca, se prepara maíz de todos los colores cada una con un significado diferente, los pobladores que llegan de todas partes del mundo traen consigo el agua de donde provienen y la vierten en una olla hasta que rebalse y encima la cubren con algodón este material representa a las nubes y el liquido almacenado a la lluvia.
Y luego es puesta en una especie de torre frente a la capilla, esto para que la temporada de lluvia sea favorable para los sembradíos y se logre una buena cosecha. Frente a la capilla se encuentra el pueblo antiguo, solo quedan ruinas y muros derruidos, las piedras apiladas son lo único que queda de sus ancestros quienes vivieron en esta zona.
Todo esto, hace que Jayo Qota sea uno de tantos atractivos turísticos del departamento de Oruro, Encanto de Bolivia, hasta la siguiente aventura… en Salinas de Garci Mendoza.
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