Tocando el cielo. Su cercanía con la ciudad de La Paz (25 km) y su dificultad media hacen del Huayna Potosí, uno de los nevados más visitados, ya sea por turistas expertos en andinismo o por quienes se inician en este deporte.
En realidad este nevado tiene dos cumbres, una con una altitud de 5.920 msnm en la zona sur y otra con 6.088 msnm al norte, siendo la cima más alta y desde donde se puede apreciar un paisaje de gran belleza visual.
En invierno, la nieve y hielos descienden formándose en sus faldas singulares lagunas de colores, rodeadas de rocas de la edad terciaria y neblinas periódicas.
Para llegar. Cada año se realizan incontables expediciones a este nevado, por cierto, son varias las rutas para llegar a la cumbre del imponente Huayna Potosí.
La ruta más sencilla es la de la cara este, que requiere una experiencia mínima de alta montaña, y es la única donde el escalador rebasa los 6.000 msnm en un tiempo mínimo.
El Huayna Potosí lo han ascendido niños y sexagenarios, en solitario y en grupos de hasta casi cien personas. De sus gélidas cumbres se han lanzado al vacío en alas delta y parapente así como lo han descendido a través de sus glaciares en arriesgadas intervenciones de ski extremo.
Por contrapartida, la cara oeste es la más difícil. Está compuesta por glaciares muy accidentados, la fantástica pared de hielo y roca surcada por rimayas y seracs colgantes tiene un desnivel aprox. de 1.000 m., con pasos de 50° a 70° de inclinaciones.
Huellas. La historia del Huayna Potosí está envuelta de miles de historias de aventuras y desventuras protagonizadas por quienes se animaron a escalar esta cumbre. Muchos murieron en su intento.
La primera vez que este nevado fue conquistado fue en 1919. Los alemanes R. Dients y O. Lohse fueron quienes pisaron la cumbre Sur; sin embargo, en 1877, un grupo de alemanes había muerto en su intento de llegar a su cumbre.
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