iete bautizos y dos matrimonios engalanaron y llenaron de flores a la llamada Capilla Sixtina de los Andes, una iglesia católica erigida en el altiplano boliviano hace 404 años.
Sin el tradicional coro de una capilla o alfombras de lujo, pero con cuadros y frescos de alto valor histórico desde su construcción en 1608, durante la época colonial, esta iglesia sirvió para evangelizar a los indígenas bolivianos y ahora atrae a feligreses y turistas en Curahuara de Carangas, departamento de Oruro, unos 260 kilómetros al sur de La Paz.
La música nupcial que emitía una pequeña radio dio la entrada a la novia que vestía su mejor falda y su manta propia de una chola boliviana. En la segunda boda, la novia Janet Choque llevó su traje blanco.
“Esta capilla es mejor, es mejor que casarse en una catedral por la riqueza histórica que tiene”, dijo Choque.
La capilla, con capacidad para unas 150 a 200 personas, alberga a Santiago de Curahuara de Carangas, patrono del pueblo y las obras de arte pictórico, con representaciones de pasajes bíblicos hasta en los muros.
La cúpula de la capilla tiene murales de pasajes bíblicos, entre los cuales se destacan el Jardín del Edén, la Última Cena y el Juicio Final.
En varios de los frescos se representan elementos propios del contexto del área andina.
“Es una capilla de cuadros catequéticos evangelizadores que usaban en la colonia para dar doctrina a la gente”, dijo a la AP el padre diocesano Gabriel Antequera, de 28 años, a cargo del lugar desde hace siete años.
“Esta iglesia es una joya escondida (como) no he visto en ninguna otra parte”, agregó orgulloso.
La capilla desde tiempos coloniales mantiene los cuadros sin daños, ya que no les entra la luz del sol, y el frío ayuda a la conservación, explicó Antequera. Sin embargo, el sacerdote, reconoció que las lluvias gastaron algunas partes de la cúpula, lo cual dañó algunas obras de arte y que la Embajada de Alemania ayudó a restaurar.
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