domingo, 24 de febrero de 2013

Un museo que refleja los días en el socavón


Recorrer el museo permite comprender la vivencia cotidiana de los mineros. El hombre del socavón solo carga con sus herramientas y su fe. Trabaja en un ambiente hostil, respira los restos del metal y sabe que en cada picotazo deja parte de su vida. La Virgen del Socavón y el Tío son sus guardianes: los protegen y también los ayudan a encontrar nuevas vetas y sacar suficiente metal.

Dejar la vida en el interior de la mina es parte de la existencia de miles de bolivianos. Sin importar el sacrificio de respirar silicio y morir jóvenes por sus efectos, los mineros no solo tienen el trabajo en el socavón, sino también la devoción en la virgen y en el tío, ambos imprescindibles para sobrevivir y para extraer lo suficiente que les permita vivir y mantener a sus familias.

Detrás de su laboriosa tarea hay creencias. Una de ellas habla de que las mujeres no deben ingresar a trabajar en el socavón. Durante muchos años, ellas solo permanecían en el exterior, separando el mineral bueno del malo.

Hombres y mujeres, nacionales y extranjeros pueden ser testigos del mundo mágico del interior de la mina.

En Oruro está el museo minero, al que se ingresa desde el interior del santuario. Corresponde a una mina que fue explotada a fines de 1800 y principios de 1900. Recorrer el museo es sobrecogedor y, sobre todo, permite adentrarse en el mundo de los mineros, comprender su labor, su lucha y sus circunstancias.

El recorrido demora alrededor de 40 minutos, periodo en el que el visitante no solo observa, también respira y padece como el trabajador del subsuelo, con escaso oxígeno. Este fotorreportaje intenta reflejar esa experiencia, de manera que el lector imagine el esfuerzo de trabajar durante ocho horas o más en un ambiente tóxico, oscuro y asfixiante

El tío de la mina una imagen sobrecogedora.  Tiene el tamaño de un humano. Está en el fondo del socavón. Los mineros lo ven como el dueño de todo lo que está bajo la tierra. Le hacen ofrendas a manera de pedirle permiso para sacar minerales y también para salir sanos y salvos después de su jornada

La Coa: Una Mesa Llena De Colores Y Aromas Que Representan Lo Que Se Desea
Es la ofrenda de los fieles, tanto a la Virgen como al ‘Tío’. Hierbas, inciensos y otros productos se queman para pedir buenaventuras. Cada uno de ellos tiene un significado propio.

La bendición del fuego, el ritual de los andes
Los fieles queman y oran. Es el modo en que brindan sus ofrendas a la madre tierra, Pachamama. Acompañan con alcohol para atraer sus bendiciones durante todo el año. Este acto se realiza fundamentalmente los martes de challa, en las minas y en las viviendas particulares.


En la parroquia de la Virgen del Socavón conviven la imagen católica de la madre de Jesús con otras imágenes no religiosas

Herramientas para sacar el mineral
Cuerdas y poleas son los instrumentos utilizados dentro de la mina. Con dinamita perforan los muros cargados de metales. Luego comienza el pesado trabajo de sacar el mineral hasta el exterior del socavón.

Para llegar al fondo en busca de mineral
Una escafandra con oxígeno. Se utilizaba para buscar nuevas vetas de mineral. Muchas veces a más de 100 metros bajo tierra, donde falta el aire, aumenta el calor y cuesta respirar.

El “Tío” fuma, bebe y acullica. No le faltan los regalos de los que creen en él y le piden ayuda en la mina

Ingresos y salidas de la mina . Los mineros trabajan a 70 metros de profundidad y para descender tienen gradas como las que se aprecia en el museo; en muchos casos son más precarias y peligrosas.

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