Tras una investigación, se buscará rearticular el antiguo sistema agrícola tiwanacota en los cerros de Hampaturi, así como sus productos agrícolas.
La producción agrícola de las zonas de cultivo tradicional del macrodistrito Hampaturi, del municipio de La Paz, sus terrazas tiwanacotas y su belleza paisajística serán promovidas en beneficio de los habitantes de las 32 comunidades de la región.
El potencial económico, se cree, duerme en los cerros con glaciares y roquedales, lagunas, bofedales, represas de agua y “caballos cerreros” de largas colas, que conforman un paisaje geológico muy particular y donde se desarrolló uno de los sistemas de cultivos más interesantes del pasado del país.
Historia agraria. La Delegación Municipal para el Fomento de la Interculturalidad (DMFI) identificó las potencialidades agrícolas de Hampaturi a partir de un estudio y confirmó que, por ejemplo, en la región se cultivaban más de 6.000 variedades de papa, el tubérculo principal que alimentaba a los miles de habitantes del valle de La Paz durante la época prehispánica, y también en la actualidad.
Según el delegado municipal para el Fomento de la Interculturalidad, Marcelo Fernández, “nos encontramos ante una sabiduría ancestral, un conocimiento intercultural que permitió controlar hasta el clima y manejar el recurso hídrico para el riego de las plataformas líticas destinadas a los cultivos, construidas por nuestros antepasados”.
Fernández anunció que inicialmente el municipio coordina con tres de las 32 comunidades: Choquechiwani, Hampaturi Chico y Lorocota, la implementación de un proyecto de promoción agrícola intercultural a través del cultivo tradicional y la reutilización de las terrazas tiwanacotas, además de la reintegración de variedades endémicas de la papa.
Entre las evidencias halladas en el lugar hay rastros arqueológicos de entre el 400 al 1.200 de nuestra era, tiempo en que la población de este valle paceño parece haber crecido a un ritmo intenso, probablemente por la creación de las terrazas y un complejo sistema de cultivos en las montañas con un adecuado manejo del agua destinada a esa producción.
la paz dependió de hampaturi. Según el investigador Edwin Conde Villarreal, miembro de la Delegación, los hallazgos demuestran que el valle de La Paz “se constituyó necesariamente en una extensión del centro ceremonial de Tiwanaku. Y pese a que aún no se descubrió un lugar ceremonial, se tiene la evidencia de artefactos de cerámica, piedra y metal que reflejan la actividad ritual”.
Añadió que luego del desarrollo de Tiwanaku, entre el 1.200 a 1.400, los señoríos aymaras reutilizaron las mismas terrazas de cultivo, por lo que entidades como los pacajes, lupacas, chinchas, canas y canchis se habrían asentado en Hampaturi y otras zonas de lo que es hoy la ciudad.
La restauración de mil metros cuadrados de una aynoqa o sector de cultivo podría costar 40 mil bolivianos.
Valle de las ánimas será una comunidad de verdad. El Programa Barrios y Comunidades de Verdad prepara la intervención de Valle de las Ánimas, en el macrodistrito de Hampaturi.
El proyecto a diseño final ya fue presentado a los habitantes del lugar, quienes aprobaron las obras que formarán parte de este programa.
Para el turismo. El coordinador institucional del programa, José Quiroga, señaló que con estas obras se pretende mejorar la calidad de vida de la población, para lo cual se prevé la construcción y consolidación de las calles Illimani y Flor de Mayo como vías de acceso, la construcción de muros de contención, cordones de acera y empedrados, así como graderías en vías peatonales pendientes.
El objetivo es hacer más atractivo el lugar, muy visitado por turistas, por ofrecer un paisaje con riachuelos, formaciones de rocas erosionadas y agrupadas en hileras y racimos, que se asemejan a órganos musicales.
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