Samaipata, la capital arqueológica del departamento de Santa Cruz, hoy es motivo de debate académico por sus características, origen y especificación de la piedra tallada más grande del mundo. Pese a que existen huellas de culturas prehispánicas pertenecientes a la región amazónica, así como la presencia del Imperio Inca según consta en el material arqueológico y en las crónicas del siglo XVI, una investigación realizada por un grupo de historiadores cruceños asegura que la etnia Chané, que proviene de la cultura Arawak, construyó la piedra tallada de "El Fuerte" de Samaipata y que años después fue utilizada también como una ciudad por los incas.
Las afirmaciones contradicen la historia. Los datos de esta investigación, divulgados durante la exposición sobre "Los Arawak y su participación en la Génesis de la Identidad del Oriente y el Altiplano" en el marco del primer encuentro sudamericano de historiadores en Samaipata, contradicen los registros históricos que señalan que los incas fundaron la ciudad. “Efectivamente contradicen la historia, pero más que la contradicción esperamos que sea un aporte al esclarecimiento verdadero del origen de cada cultura. Como decimos, dar al César lo que es del César”, afirma el secretario de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, Bismark Cuéllar, uno de los investigadores. De la investigación también forman parte el físico David Antelo, el doctor Enrique Rivero, el historiador Mario Suárez Riglos, Diego Welford, Denilson Galvarro y Franz Michael
La afirmación se sustenta en el origen de los Arawak. Con datos, mapas y fotografías en diapositivas, el secretario de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, Bismark Cuéllar, hizo un recorrido por los albores de la etnia Arawak para "demostrar" que los Chané fueron los predecesores de los incas en la piedra tallada más grande del mundo que está en El Fuerte de Samaipata. Cuéllar explicó que, los arawak o arawakos, provienen de las migraciones de grupos que cruzaron el estrecho de Bering hace 25 mil años y que luego de recorrer las distancias, por otros miles de años, llegan hasta Centroamérica, donde controlan todo el sector de las Antillas, la zona a la cual se conoció como Caribe, las Bahamas, la cabecera norte del continente sudamericano y las costas orientales de Brasil, hasta el río Amazonas, desde donde inicia la migración hacia el sur, logrando copar extensas tierras, de Brasil, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Paraguay, Argentina, Uruguay y Bolivia. En este último país, según las investigaciones realizadas, se asentó tanto en el oriente como en el occidente, ocupando y desarrollando culturas en las zonas altas, como el lago Titicaca y el lago Poopó. De hecho, el historiador e investigador Félix de Azara, incluye a los Arawak como parte de un grupo que él llama de nu-aruac, de quienes también se desprenderían los guaná (chané), los terenos, los quiniquináo y los layanás. Afirma también que su actividad principal era la agricultura y se los relaciona con la dispersión de la mandioca (yuca), la achira, la batata, el maíz y otros frutos en muchos de los lugares de centro y sur de América. Con relación a esta afirmación, un estudio de la FAO sobre la mandioca (yuca), indica que el tubérculo fue bautizado por ingleses como “Cassava”, término que proviene del arawak “Casabi”, que significa raíz, en lengua arawaka. Luego fue nombrada de yuca por los españoles, manioc por los franceses, mandioca por los portugueses, cassave por los holandeses y maniok por los alemanes. Esta planta, base de la alimentación arawak, fue llevada por los comerciantes europeos, quienes la introdujeron para su producción en el África en el siglo XVI.
Afirman que hay pruebas lingüísticas, genéticas y vestigios. Basado en los orígenes históricos, Cuéllar asegura que la cultura Arawak llega hace 15 mil años al continente americano AC y desde hace 7 mil empieza su expansión en todo el continente. “Los Arawak son la primera etnia que ha poblado todo lo que hoy es Sudamérica”, asegura que señala que hay pruebas tangibles de su presencia en Brasil, Venezuela, Perú y Bolivia. De acuerdo a las investigaciones realizadas, el primer elemento que confirman es el hecho de que la etnia Arawak se desprende los Chané, a quienes se les atribuye la construcción de la piedra tallada de Samaipata. Posteriormente, señalan que hacen un avance hacia el occidente de lo que hoy es el territorio nacional, donde fundan y construyen la ciudad de Tiahuanaco. De esta aseveración, el historiador dice que hay pruebas lingüísticas, genéticas y vestigios de la existencia en la zona y que luego hay un avance hacia el Perú, Chile. Para confirmar estos antecedentes históricos actualmente se están desarrollando grandes estudios en países sudamericanos, como Chile y Perú. “Basamos nuestra teoría en algo esencial. La lengua y la alimentación.
Las afirmaciones contradicen la historia. Los datos de esta investigación, divulgados durante la exposición sobre "Los Arawak y su participación en la Génesis de la Identidad del Oriente y el Altiplano" en el marco del primer encuentro sudamericano de historiadores en Samaipata, contradicen los registros históricos que señalan que los incas fundaron la ciudad. “Efectivamente contradicen la historia, pero más que la contradicción esperamos que sea un aporte al esclarecimiento verdadero del origen de cada cultura. Como decimos, dar al César lo que es del César”, afirma el secretario de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, Bismark Cuéllar, uno de los investigadores. De la investigación también forman parte el físico David Antelo, el doctor Enrique Rivero, el historiador Mario Suárez Riglos, Diego Welford, Denilson Galvarro y Franz Michael
La afirmación se sustenta en el origen de los Arawak. Con datos, mapas y fotografías en diapositivas, el secretario de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, Bismark Cuéllar, hizo un recorrido por los albores de la etnia Arawak para "demostrar" que los Chané fueron los predecesores de los incas en la piedra tallada más grande del mundo que está en El Fuerte de Samaipata. Cuéllar explicó que, los arawak o arawakos, provienen de las migraciones de grupos que cruzaron el estrecho de Bering hace 25 mil años y que luego de recorrer las distancias, por otros miles de años, llegan hasta Centroamérica, donde controlan todo el sector de las Antillas, la zona a la cual se conoció como Caribe, las Bahamas, la cabecera norte del continente sudamericano y las costas orientales de Brasil, hasta el río Amazonas, desde donde inicia la migración hacia el sur, logrando copar extensas tierras, de Brasil, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Paraguay, Argentina, Uruguay y Bolivia. En este último país, según las investigaciones realizadas, se asentó tanto en el oriente como en el occidente, ocupando y desarrollando culturas en las zonas altas, como el lago Titicaca y el lago Poopó. De hecho, el historiador e investigador Félix de Azara, incluye a los Arawak como parte de un grupo que él llama de nu-aruac, de quienes también se desprenderían los guaná (chané), los terenos, los quiniquináo y los layanás. Afirma también que su actividad principal era la agricultura y se los relaciona con la dispersión de la mandioca (yuca), la achira, la batata, el maíz y otros frutos en muchos de los lugares de centro y sur de América. Con relación a esta afirmación, un estudio de la FAO sobre la mandioca (yuca), indica que el tubérculo fue bautizado por ingleses como “Cassava”, término que proviene del arawak “Casabi”, que significa raíz, en lengua arawaka. Luego fue nombrada de yuca por los españoles, manioc por los franceses, mandioca por los portugueses, cassave por los holandeses y maniok por los alemanes. Esta planta, base de la alimentación arawak, fue llevada por los comerciantes europeos, quienes la introdujeron para su producción en el África en el siglo XVI.
Afirman que hay pruebas lingüísticas, genéticas y vestigios. Basado en los orígenes históricos, Cuéllar asegura que la cultura Arawak llega hace 15 mil años al continente americano AC y desde hace 7 mil empieza su expansión en todo el continente. “Los Arawak son la primera etnia que ha poblado todo lo que hoy es Sudamérica”, asegura que señala que hay pruebas tangibles de su presencia en Brasil, Venezuela, Perú y Bolivia. De acuerdo a las investigaciones realizadas, el primer elemento que confirman es el hecho de que la etnia Arawak se desprende los Chané, a quienes se les atribuye la construcción de la piedra tallada de Samaipata. Posteriormente, señalan que hacen un avance hacia el occidente de lo que hoy es el territorio nacional, donde fundan y construyen la ciudad de Tiahuanaco. De esta aseveración, el historiador dice que hay pruebas lingüísticas, genéticas y vestigios de la existencia en la zona y que luego hay un avance hacia el Perú, Chile. Para confirmar estos antecedentes históricos actualmente se están desarrollando grandes estudios en países sudamericanos, como Chile y Perú. “Basamos nuestra teoría en algo esencial. La lengua y la alimentación.
Hemos encontrado semillas de zapallos, algodón, guayabas y vestigios de maíz”, explica Cuéllar. Desde la visión de las Ciencias Naturales informales, el físico David Antelo explica que la investigación se basa sobre el origen de Samaipata y sobre las civilizaciones pre-hispánicas (Pre-inca, guaraní, aimara y quechua). “Unas de las conclusiones es que no subieron ni bajaron. Es una megacivilización que comerció, que tuvo sus amores y sus odios en todo el continente”, comenta Antelo y señala que existen mapas precolombinos que muestran grandes secciones del Beni, de la cultura de Mojos. También se encuentran geolíficos y lo que tenemos es que "Samaipata viene a ser un gruenwaich, uno precolombino. Y cada una de esas líneas está apuntando en direcciones de lugares sagrados, no están hechas porque les dio la gana y los animales que están tallados en las rocas, tienen que ver con ritos precolombinos y con una cosmovisión muy compleja", explica Antelo en el encuentro. Del evento también participaron trabajos de investigación sobre la Etnicidad y Cronología de la Roca, de Luis Miguel Calisaya de la Gobernación cruceña, y Procesos Interculturales de la Roca del sociólogo Saniel Limpias. Otro de los expositores fue Waldemar Espinoza, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima-Perú, en su conferencia magistral, habló sobre las novedades en Etnohistoria Andina, que significa el estudio del pasado de la época Inca empleando la antropología cultural-social.
"Los datos contradicen la historia, esperamos que sea un aporte al esclarecimiento del origen de cada cultura. Como decimos, al César lo que es del César".
Bismark Cuéllar
Secretario de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz
Secretario de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz
" Samaipata viene a ser un gruenwaich, uno precolombino. Y cada una de esas líneas está apuntando en direcciones de lugares sagrados"
David Antelo
Físico e Investigador
Físico e Investigador
"Me parece muy interesante que se difunda la historia de que los chané construyeron la piedra tallada, no los incas. Es un aporte para el debate".
Waldemar Espinoza
Universidad de Lima-Perú
Universidad de Lima-Perú
"En el tema histórico el hombre apenas ha desempolvado la tapa de ese gran libro, la incógnita de la historia de la humanidad".
Mario Suárez Riglos
Historiador de Santa Cruz
Historiador de Santa Cruz
En las alturas
Las ruinas se debilitan
Las ruinas se debilitan
Los embates del sol, la lluvia y el viento están destruyendo la imagen de la piedra tallada, ubicada en El Fuerte, a 9 kilómetros de Samaipata. Así lo constató El Día mediante un recorrido realizado por las ruinas, acompañado de historiadores, arqueólogos y autoridades que participaron en el Primer Encuentro Sudamericano de Historiadores en Samaipata. Durante la caminata turística se pudo constatar nuevas excavaciones y varios elementos arqueológicos de alto valor completamente deteriorados. En la piedra tallada más grande del mundo, que tiene una extensión de 220 metros de largo x 60 metros de ancho, a simple vista se observan imágenes borrosas, como los jaguares, serpientes, el salón del coro de los sacerdotes y algunas escalinatas, ya que al estar la roca a la intemperie y ser arcillosa, está amenazada por las inclemencias del tiempo.
De manera similar, el techo del templo y parte del sector denominado administrativo, conformado por una serie de estructuras arquitectónicas que corresponden a las viviendas de las culturas prehispánicas, también se encuentra con agujeros y rocas desprendidas. En el recorrido por el camino, de aproximadamente dos horas, también existen varios puestos de miradores con sus respectivos escaleras, que por la fuerza del viento tambalean y ponen en riesgo a los visitantes. El arqueólogo residente Richard Alcázar de La Fuente , que acompaña la comitiva de la ruta turística, admite que los recursos destinados a la conservación del sitio no son suficientes y alerta sobre los peligros que amenazan al sitio arqueológico más importante de Santa Cruz.
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