Este soberbio monumento de piedra labrada y ladrillos de la época colonial es uno de los más famosos por su grandeza pasada, en su momento ha dado lugar a páginas llenas de historia, religiosidad, tradiciones y leyendas que llenaron de inquietud a los habitantes de entonces.
Después que los españoles tomaron posesión de Cerro Rico de Potosí, el 1° de abril de 1545 por la ingente producción de plata, y enterado de este acontecimiento el virrey del Perú Francisco de Toledo mandó la construcción de una Casa de Moneda en esta ciudad potosina en diciembre de 1572, en el lugar que hoy ocupa la Casa de Justicia, frente a la iglesia Matriz, bajo la responsabilidad del alarife potosino Jerónimo de Leto. La obra fue concluida después de tres años. Costó la suma de 8.321 pesos, que mandó pagar por cédula dada en Arequipa el 27 de diciembre de 1575.
Al principio el lugar era un reducto con 170 españoles y 3.000 indígenas, debido al auge de la plata de pronto se vio invadida por más forasteros, llegando a construirse 2.500 casas que albergaban a 14.000 personas; posteriormente la población siguió creciendo hasta 60.000 en 1560; en 1580 a 125.000; en 1600 a 145.000 hasta alcanzar a los 160.000 habitantes en 1630.
De un simple reducto se convertió en poco tiempo en toda una metrópoli, con lujosos negocios, iglesias, mercados, lugares de esparcimiento, todo por la riqueza que generaba y la fama que había adquirido en poco tiempo, se ahí que se decía: “vale un Potosí”.
Esta primera edificación inició la acuñación de monedas de plata con una tecnología muy rudimentaria. La casa trabajó por más de dos siglos. En 1753, don Ventura Santelices y Venero, corregidor/justicia mayor y superintendente de moneda, viendo que la producción de la casa de amonedación era ya insuficiente para satisfacer las exigencias de la época, resolvió construir otro edificio con más ambientes y más extenso.
Santelices señaló para la construcción del nuevo edificio, la plaza del baratillo, esto es del mercado llamado en quechua Ccatu, o mercado. La edificación comenzó el 8 de noviembre de 1753, bajo el diseño y la dirección de los arquitectos Salvador de Villa, constructor de las casas de la moneda de México y Lima, y don Antonio Cabello.
Después de 20 años de arduo trabajo se concluyó el edificio, habiendo costado su construcción la suma de un millón ciento cuarenta y ocho mil cuatrocientos cincuenta y dos pesos de seis reales (1.148.452,06 rs.), costo que hizo exclamar al rey de España Carlos III: “todo el edificio debe estar hecho de pura plata...”.
Instalados los aparatos, maquinarias y ac-cesorios, se estrenó el edificio y se comenzó la acuñación de moneda, un 31 de julio de 1773, siendo virrey de Buenos Aires, don Juan José de Vertiz.
La Casa de Moneda ocupa un paralelogramo equivalente a dos manzanas de la ciudad.
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