“Cuando viajé a Kazajstán, que tiene 16 horas de diferencia con Bolivia, tuve trastornos digestivos y al retornar pasé varios días con alteración en el sueño”, comenta Agustín Saavedra, gerente de Asoban-Santa Cruz, que realiza un promedio de tres viajes largos al año y, en muchos casos sufre los síntomas de la descompensación horaria, también conocida como ‘jet lag’.
Para Esther Samper, médica y columnista del diario El País de España, el estrés previo al viaje y el cambio de huso horario puede generar en la persona insomnio, fatiga, dolor de cabeza, ansiedad y malestar en general ocasionados principalmente por la alteración de los ‘ritmos circadianos del organismo’.
Daniela Rodríguez y Karina Serrudo, ambas nutricionistas de profesión, coincidieron en que la preparación física previa y la alimentación posterior al viaje pueden reducir las consecuencias del jet lag. Rodríguez recomendó consumir bastante líquido, al menos dos litros de agua al día, para regular la digestión y eliminar las toxinas del organismo, incluir frutas y verduras en la alimentación y evitar comidas condimentadas y saturadas en grasas.
Por su parte, Serrudo aconseja tener una base de conocimiento sobre las comidas del lugar de visita, organizar cuatro o cinco alimentos ligeros para el día, donde se consuma más fibras que carbohidratos.
Experiencias
“El sueño posterior al viaje lo combato con mucho café y trato de cansarme más para poder dormir exhausto y asimilar mejor el cambio de horario”, comenta Leonardo Salvatierra, gerente de la cadena de farmacias Chávez, que realiza en promedio unos cinco viajes internacionales al año. Agrega: “Me voy mentalizado de que voy a recargar el sueño al volver”. Federico Stelzer, gerente del Hipermaxi, realiza tres o cuatro viajes internacionales al año. Asegura que un día antes de viajar cambia su horario con el país de destino y come alimentos ligeros durante los primeros días.
Francisco Osinaga, gerente de Carmax, aseveró que el mayor cambio lo sufre en el sueño porque ‘le es imposible dormir en el avión’. Dijo además que eso afecta su productividad y trata de combatirlo con mucha agua y comidas livianas. En promedio, realiza un viaje internacional al mes.
Carlos Kempff, presidente de la sociedad comercial La Llave, afirmó que para aclimatar su cuerpo programa una noche más en el retorno antes de llegar a Bolivia combinando la lectura y el entretenimiento para las horas de sueño. Realiza entre 10 y 20 vuelos internacionales al año
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