Bolivia es conocida por su riqueza de flora y fauna, y sus características variadas en cada región del país; sin embargo, aún es un tema pendiente trabajar por la conservación de la diversidad y de los ecosistemas, aún más considerando que se incrementan las acciones delictivas y el aumento del riesgo para la vida silvestre.
Según el estudio, “Estado Ambiental de Bolivia” de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), un total de 68 especies de animales están en estado crítico y en peligro de extinción, de 314 especies amenazadas.
Este análisis también confirma que los espacios que más sufren las consecuencias del modelo de desarrollo extractivista, son las 22 aéreas protegidas del país que representan el 18 por ciento del territorio nacional y que albergan alrededor del 70 por ciento de las especies de fauna y de flora.
Conservar un hábitat natural es un desafío que debe hacer frente de manera permanente a la caza ilegal, la deforestación, la contaminación ambiental y la falta de leyes de conservación.
Güembé, centro de naturaleza viva
En Santa Cruz, un centro de naturaleza viva, trabaja en esta tarea.
En la zona del Urubó, ubicado a cinco kilómetros del centro de la ciudad, se encuentra el Biocentro Güembé, un espacio de naturaleza viva que rescata para la exhibición de los visitantes plantas exóticas, bosques exuberantes y animales típicos de la zona en su hábitat natural.
Hace siete años nació este centro de flora y fauna con el mariposario, conocido en sus inicios como el más grande del mundo por la magnitud de la infraestructura; sin embargo, debido a la abundante vegetación que dificultaba apreciar a las mariposas, éste se convirtió en un aviario, que hoy se constituye también en uno de los mayores atractivos del lugar por albergar entre algunas aves, a las parabas, una hermosa especie en peligro de extinción.
Tanto en el recorrido por las áreas biológicas como por las recreativas, se puede apreciar tallados en madera y estructuras de fierro que reflejan con gran arte las diferentes especies que se encuentran en el parque.
Meliponario
Un espacio con estilo rústico entre troncos y cajas de madera, dedicado a las abejas, se encuentran dos nativas sin aguijón: las suro y las señoritas, que son domésticas y en general no representan peligro para el hombre. Su mecanismo de defensa es el ataque al cabello, por lo que son conocidas también como abejas peluqueras.; pero otras son agresivas y atacan por medio de mordiscos y depósito de sustancias resinosas sobre la piel.
Producen una miel muy apetecida no sólo por su sabor, sino también por sus propiedades curativas.
Mariposario
Alrededor de 50 especies de mariposas revoloteando en el lugar hacen el deleite de los visitantes. Unas de las que más se admiran son las mariposas morfo azul, que son características de los bosques subtropicales y tienen un ciclo de vida de 32 días desde el huevo hasta la fase de adulto.
Un grupo de biólogos especialistas se encarga de velar para que las mariposas estén en el mejor ambiente y con una óptima alimentación. Además del néctar de las flores que se encuentra en el mismo lugar, preparan un suplemento de frutos y almíbar.
De acuerdo a la temporada, se aprecian las diferentes especies, como las monarcas, Phoebis editha, Parides sesostris, Anteos clorinde y otras de gran belleza y rareza.
“El tiempo de vida depende de la especie: hay una por ejemplo, que vive 24 horas, la monarca de siete a nueve; pero se podría decir que en términos generales viven de cinco a siete semanas”, explica uno de los biólogos encargado del laboratorio donde se vigila el proceso de metamorfosis.
Aviario
Ambientado para las aves. Parabas jugando y posando para las fotos, pavos reales dando saltos en libertad y loros haciendo de las suyas en un ambiente natural de unos 2.500 metros cuadrados y 30 metros de altura, describe el hábitat de más de 100 ejemplares de aves en el biocentro.
Emma López, administradora del Güembé, asegura que, “existe un compromiso más allá del atractivo, el deber de cuidarlas y procurarles el mejor ambiente ya que en su mayoría son aves donadas o rescatadas”.
En esta gran infraestructura, se encuentra también el mirador a más de 25 metros de altura desde donde se puede apreciar todo el biocentro en unas 24 hectáreas de espacio natural y áreas recreativas, una vista de Santa Cruz y el parque Amboró.
Tortugario
Conviven dos especies de tortugas: la carbonaria y la denticulata, en un ambiente natural con árboles y espacios soleados propicios para la reproducción.
En el caso de las primeras, se caracterizan por ser herbívoras y carroñeras, consumen flores, hojas, fruta caída, setas silvestres, invertebrados vivos y carne de lagartijas.
Para las tortugas denticulatas, por su parte, las hierbas, hojas y frutas tropicales son su principal alimento; además comen caracoles, lombrices e insectos.
ORQUIDEARIO Y EVOLUSEUM
Orquideario
Creado para las orquídeas, se presenta como una infraestructura especial construida en base a una simbología mística del número siete y en su interior la exposición de estas flores majestuosas y exóticas, nativas e híbridas.
Muchos de los visitantes acuden a este espacio para meditar, hacer yoga y prácticas de esta disciplina.
Evoluseum
Güembé cuenta con un museo destinado a mostrar la evolución humana y animal. Este lugar tiene apenas tres años y fue el recuerdo de un voluntario español que hizo sus prácticas profesionales en el lugar.
En la visita a la sala principal, se puede recrear la evolución humana e historia natural, el origen de la vida, colonización del planeta y la aparición de los distintos grupos de seres vivos. Un viaje de ficción con Darwin a bordo del Beagle.
NUEVOS PROYECTOS
Terrarios
El nuevo proyecto biológico del parque es la construcción de un terrario, un ambiente donde se generan las condiciones necesarias para distintos seres de vida total o parcialmente terrestre. Se exhibirán especies de hormigas, termitas y tarántulas dentro de una infraestructura especialmente adecuada para estas especies.
También se considerará un espacio para iguanas, que son herbívoras u ocasionalmente carroñeras. Requieren proteínas en su segundo y tercer año para su crecimiento y de jóvenes necesitan consumir insectos y arañas.
Alerta por las especies
Según el Libro Rojo de los Vertebrados de Bolivia (2009), algunos ejemplos de especies críticas, en peligro y vulnerables en Bolivia son el titi o gato andino, el guanaco, el quirquincho, la londra o nutria gigante, el quilimero o chancho del Chaco, la taruca o ciervo de montaña.
Entre las vulnerables está el tatú gigante o pejichi, el mono araña, el bufeo o delfín rosado, el jaguar, el jucumari u oso andino.
Entre las aves en peligro están la paraba barba azul, la paraba frente roja de los valles secos, entre las vulnerables el cóndor, el águila harpya, la paraba jacinta del pantanal, la choka gigante. Entre los reptiles en peligro el lagarto o yacaré y la tataruga, y como vulnerable el caimán negro.
Datos del Biocentro
El siginificado de Güembé está relacionado con palabra vida y una hoja de la zona del Urubó, conocida como la costilla de Adán. Actualmente cuenta con áreas vírgenes que van a ser conservadas. Planean la construcción de un acuario y ampliación del servicio de hospedaje.
En promedio, el biocentro recibe en fin de semana en temporada alta, de 600 a 800 personas y entre semana de 200 a 500.
Puede ver el video de esta nota en http://www.youtube.com/watch?v=VbMaYraBQ24&feature=c4-overview&list=UUi3GAUcsZSHNnlrOuy6MWmQ
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