lunes, 21 de octubre de 2013
Mirador de Auquisamaña
El bosquecillo de Auquisamaña es uno de los pocos miradores conocidos en la zona Sur, además de ser un sitio que se destaca por la vegetación que posee.
“Es una apacheta (lugar sagrado) porque las montañas, según la cultura aymara, son lugares animados y energéticos donde residen los achachilas (deidades encarnadas en la naturaleza)”, explica el antropólogo Carlos Ostermann. Agrega que hay montañas como la de Munaypata, el Montículo y ésta (Auquisamaña) desde donde se tiene una visión muy amplia y directa, por lo que son elegidos para realizar ofrendas a la tierra.
“En el caso del bosquecillo de Auquisamaña, el significado de su nombre se tradujo en principio como el sitio donde descansan los ancianos, pero en realidad otros cronistas especificaban que significa lugar con energía especial, que recarga la de aquellos que lo visiten”, cuenta. El antropólogo resalta que al ser una apacheta se constituía en un espacio mágico y sagrado para reponer y purificar energías, por tanto era frecuentado por adultos mayores —considerados sabios en la cosmovisión andina—. Estos elementos conformaron el topónimo del lugar.
“El bosquecillo de Auquisamaña tiene una vista privilegiada sobre la ciudad de La Paz y parte de la Cordillera Real”.
Basado en un texto del escritor Fernando Díaz de Medina, Ostermann dice que existe información al respecto que señala que los ancianos sabios aymaras acudían al bosquecillo a llenarse los ojos con el paisaje.
Para visitar el mirador se puede ir a pie, coche o taxi. Sin embargo, se debe tomar precauciones por ser poco concurrido.
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Cual es ese texto de Fernando Diaz de Medina que menciona
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