UN HERMOSO MUSEO
POTOSÍ LA PRIMERA CONGREGACIÓN
En la segunda mitad del siglo XIX, a pesar de las frecuentes persecuciones, la vida religiosa femenina se propagó en América Latina.
Las religiosas llegaron a América en los primeros decenios de la Conquista y se propagaron en seguida por casi todas las regiones que actualmente constituye Iberoamérica. Durante los siglos XVI y XVII todos los monasterios eran de vida contemplativa, pero no por eso dejaron de jugar un papel decisivo en el afianzamiento y desarrollo del cristianismo. Es así como por Real Cédula fechada en Madrid el 26 de julio de 1684 se autoriza la fundación del convento de Carmelitas Descalzas en Potosí, bajo la advocación de Santa Teresa de Jesús.
El Convento se edificó sobre la base de tres casas, las cuales fueron donadas por el clérigo José Fernández Lozano de esa ciudad y el 24 de diciembre de 1685 llegaron Sor María Josefa de Jesús, como priora, y otras tres hermanas para inaugurar el convento de clausura.
LA ORDEN DE LAS CARMELITAS
Aún ahora las paredes de la portería albergan los retratos de los dos adinerados matrimonios vascos que pusieron dinero para construir el convento.
En aquella época los nobles vascos tenían que pagar 20 mil monedas de oro, un equivalente a un millón de dólares para el recibimiento de sus hijas.
Allí empezaba la vida detrás del claustro, en el primer patio se realizaban las procesiones, habían árboles como un manzano verde, con 300 años de antigüedad, del cual aún utilizan sus frutos para mermeladas; este árbol está protegido por un cactus. Al centro del patio se levanta un pilón que tiene la estrella de David, representando al antiguo testamento, y la cruz universal al nuevo testamento.
Mirando hacia la izquierda está la sala de los espejos y es que no sólo se entregaba una dote económica sino que se podía pagar en especie, por lo cual una dama decidió entregar una colección de retablos de espejos, cuyos marcos están tallados en madera y laminados en oro. Tres de ellos están elaborados con plata pulida. Desde siempre la orden estaba compuesta por 21 hermanas, un número tope.
ARTE SACRO EN EL TEMPLO
El templo ostenta toda la belleza del arte sacro. Donde se observa un artesonado de influencia árabe con 1.943 casetones, todos diferentes entre sí. Dentro del templo destaca la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de la orden, acompañada por Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz.
También hay una obra con 21 textos escritos en español antiguo y que como fondo contiene la creación de la tierra, Adán y Eva expulsados del paraíso, Caín matando a Abel y el arca de Noé.
En la parte del coro bajo se conservan la sillería, un retablo con relieves, y debajo se halla el sótano que fue el enterratorio de monjas. Los restos de la madre fundadora María Josefa de Jesús, se conservan momificados, dentro de su caja mortuoria, ocupando lugar especial en el coro bajo.
EL SEGUNDO PATIO
En el segundo patio se encuentran las 21 celdas de las religiosas, en el jardín reluce el azul de las columnas, que protege la madera del sol, y los ocres del Cerro Rico de Potosí dan color a las paredes adornadas con la flor de lis.
En la sala de Belén se acumulan cientos de regalos para el niño Jesús, en ese mismo ambiente hay varias esculturas talladas en cera y una exposición temporal de fósiles cuaternarios; también joyas religiosas realizadas por orfebres que trabajaron oro, plata, rubíes y esmeraldas.
En este mismo sector se puede visitar la sala de la Virgen Niña, la cual cambia de vestido y manta dos veces por semana. De igual manera la biblioteca guarda modelos de grabados, así como sillería policromada.
Desde 1976 que este convento funciona como Museo Santa Teresa. Actualmente está considerado como uno de los mejores museos de arte sacro en Latinoamérica, reconocido por historiadores y entendidos.
Muchos son los lugares que aún faltan por describir, pero lo que es cierto es la importancia del Convento de Santa Teresa de Potosí a nivel nacional e internacional.
ARQUITECTURA
Visto desde afuera el Museo Convento de Santa Teresa está compuesto por una sola nave, cubierta con armaduras de madera par y nudillo. El espacio está divido en dos por un arco de triunfo que marca la capilla mayor.
La portada labrada en piedra tiene arco de medio punto flanqueado por dos columnas del capitel corintio, fustes enmascarados, sobre la portada tres hornacinas entre pilastras dóricas. Junto a la iglesia se encuentra el museo de cuadros hermosos de carácter religioso, así como los objetos utilizados en el claustro.
A la fecha el convento mantiene su arquitectura colonial, con su sencillo claustro con columnas de madera.
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