Distante a 400 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, el valle de Tucabaca es un área protegida del departamento. En este territorio está el bosque seco chiquitano mejor conservado de Sudamérica.
Diversas altitudes. El área protegida de Tucabaca, que se encuentra en el municipio de Roboré, tiene cerca de 262.305 hectáreas y altitudes que oscilan entre los 700 y 1.200 metros sobre el nivel del mar (msnm).
Es una zona donde se destacan sus paisajes de gran belleza escénica.
El Chorro de San Luis. Está a cinco kilómetros de la ciudad de Roboré es uno de los lugares más visitados de esta reserva, especialmente para vacacionar. Es una cascada de 25 metros de altura, su acceso se realiza en vehículos 4x4.
El Velo de la Novia. Es una caída de agua de 12 metros de altura, está a dos kilómetros de Chochís, pueblo en el que también se encuentra el Centro Mariano de la Torre de Chochís y la Muela del Diablo que se puede divisar desde la carretera.
Arco Grande. Es una formación rocosa natural que se encuentra en las serranías del Valle Tucabaca. Para llegar al lugar se debe caminar cerca de dos horas desde la plaza principal de Santiago de Chiquitos y atravesar el bosque seco chiquitano, el bosque serrado (pampa y alcornoques aislados), quebradas y los ríos Banquete y el Tucabaca.
Los Totaizales. Su nombre se debe a que en el lugar abundan las palmeras de totaí.
Es otro balneario con piscinas naturales y caídas de agua cristalina de hasta 18 metros de altura.
Está a cinco kilómetros de Roboré. El camino es accidentado por lo que parte del recorrido se lo debe hacer a bordo de un vehículo todo terreno y el resto a pie. "El esfuerzo físico de la caminata se retribuye con tanta belleza natural y paisajística", destacó Roberto Salas, coordinador del proyecto de Fortalecimiento de Áreas Protegidas del Corredor Bioceánico.
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