La idea de promover este espacio fue presentada al técnico de la Unidad de Turismo, Pedro Ramos, antes que se cree la Secretaría Departamental de Cultura y Turismo, pero no se hizo nada al respecto, manifestó Flores.
En la comunidad de Kochipiaccala se encuentra un hermoso paisaje, porque en sus alrededores se observa el espejo de agua del Lago Poopó, reflejándose en él, el sol y como velos de seda se notan las algas verduscas, a pocos metros de las orillas, se yerguen en forma tupida los tallos de totora donde anidan las aves silvestres como las pariguanas de plumaje color rosa y blanco, y los patos de matiz oscuro con picos azules, entre otras especies que reinan en las aguas del lago.
En aguas más profundas, se encuentra el barquero más antiguo de la zona, quien heredó su oficio de su padre, a sus 65 años, con ayuda de su cayado navega en la tranquilidad de las aguas del Poopó, llevando y trayendo a viajeros que desean trasladarse de extremo a extremo.
Flores, oriundo del lugar, quiso compartir la belleza de este atractivo natural con los citadinos, quiere promocionar Kochipiaccala, ya sea como un destino o que sea parte de algún circuito turístico para que sea conocido; de esta forma se podrá sensibilizar a la población citadina dirigiendo su atención para preservar la naturaleza además de generar empleos directos.
Una de las mayores preocupaciones de la comunidad de Kochipiaccala es la contaminación que existe debido al descenso de las aguas servidas de la ciudad de Oruro y la copajira de las actividades mineras en Huanuni.
Esta es una de las mejores temporadas para mostrar esta parte del lago Poopó, ideal para que las familias encuentren un espacio de paz y tranquilidad. Entre las leyendas locales se cuenta con muchas historias que impresionan a los turistas por el misterio de su origen, explicó Flores en la corta visita a este paraje.
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