Los viajeros paceños y los de nacionalidad peruana encabezan las listas de flujo de turismo interno y externo, y son los que principalmente mueven a este sector en Bolivia, de acuerdo con el estudio “El turismo en cifras”, del viceministerio del sector.
La información del Viceministerio de Turismo da cuenta de que en la gestión pasada el 25,8% de los turistas nacionales provenían de la ciudad de La Paz. A los habitantes de esta urbe le seguían los viajeros de Cochabamba (21,7%) y de Santa Cruz (19,7%).
De igual manera, el flujo de visitantes extranjeros que ingresaron al país en 2012 (último dato sobre la procedencia de los turistas) ascendía a 1.114.000. De este número, el 30,2% procedía de Perú, el 20,2% de Argentina y el 9,3% de Chile, entre los visitantes más numerosos (ver infografía).
En entrevista con La Razón, el viceministro de Turismo, Marko Machicao, informó que en términos de movimiento de turistas a Bolivia llegaron en la gestión pasada 1,2 millones de extranjeros y el flujo interno fue de 2,9 millones. En ambos casos se movilizaron por los diferentes destinos del territorio nacional.
“En cantidad son muchos más bolivianos y bolivianas que se desplazaron por Bolivia, pero en términos económicos es la gran diferencia, porque los extranjeros realizan mayores gastos por día que los bolivianos”, indicó la autoridad.
En 2013, esta actividad económica aportó al país $us 1.024 millones. El turismo receptivo logró $us 544,32 millones en divisas y el turismo interno, $us 479,76 millones, detalló Machicao.
“Esto nos coloca como la cuarta actividad exportadora más importante del país. ¿Por qué exportadora? Porque con el hecho de que vengan turistas acá a gastar divisas del extranjero, ya estamos exportando servicios”. Sostuvo que esta actividad económica presentó en los últimos cinco años un crecimiento notable. En 2008 llegaron 593.727 turistas, mientras que el año pasado esta cifra alcanzó a 1,26 millones, lo que representa un crecimiento del 112,4%.
Machicao resaltó que este incremento en la afluencia de turistas extranjeros tuvo un comportamiento progresivo. “El crecimiento es por la exposición que Bolivia ha tenido en los últimos tres años en el ámbito mundial. Desde la posesión del presidente (Evo Morales), sin lugar a dudas el mundo ha puesto los ojos en Bolivia”.Indicó que el crecimiento que se generó en los últimos cinco años fue en promedio 14,6%. En su criterio, este año el flujo de turistas, tanto nacionales como extranjeros, podría incrementarse en 19%.
La presidenta de la Asociación Boliviana de Agencias de Viajes y Turismo (ABAVYT), Lourdes Omoya, dijo que el crecimiento del turismo en el país es evidente. “En la actualidad, ABAVYT tiene 160 asociados en todo el país”, señaló la representante y añadió que en los últimos cinco años se incorporaron otros 20 socios. ”Es un buen parámetro del crecimiento del sector”.
“Trabajamos de manera coordinada con el Viceministerio de Turismo tratando de ver acciones que fortalezcan todo lo que tiene que ver con desarrollo turístico”, indicó.
El ícono de Bolivia será el salar de Uyuni
Marko Machicao. El viceministro del área desarrolla un Plan General de Turismo que permita trabajar con los tres niveles del Estado (nacional, departamental y municipal) para mejorar los servicios e infraestructura mediante la inyección de recursos económicos. Explicó que ese planteamiento permitirá generar mayores ingresos. “No necesitamos más turistas extranjeros, sino que sea un turista que gaste más. ¿Cómo se hace eso?, mejorando los servicios”, sostuvo el funcionario.
— ¿Cuál es el panorama general del turismo en Bolivia?
— Hemos tenido tres años con un crecimiento constante, muy elevado, casi cuatro veces por encima del crecimiento de la región en términos de flujos turísticos. La población ya entiende que la actividad turística genera empleos, que es productiva y que si somos amables y cordiales tenemos más potencial para lograr el desarrollo, y creo que es un escenario óptimo, como nunca antes.
— ¿Cuáles son los destinos más atractivos para los turistas en el territorio nacional?
— Los departamentos que reciben más gente son Santa Cruz, Cochabamba, La Paz, Potosí y vamos reduciendo a las otras regiones. Pero como destino turístico, sin lugar a dudas, el salar de Uyuni es el número uno; el lago Titicaca es el segundo; le sigue el Madidi y Pampas; también las Misiones Chiquitanas y posteriormente está la Ruta del Vino en Tarija y el Parque Noel Kempff. Se debe hacer otra diferenciación más, Bolivia se caracteriza en eventos particulares como el Carnaval de Oruro y la fiesta de Urkupiña en Cochabamba.
— ¿Cuál es la estrategia turística gubernamental?
— Se necesita promocionar un ícono y éste va a ser el salar de Uyuni, pero eso no quiere decir que no se promocionen otros destinos. Lo que se busca es iconificar y sentar presencia diferenciadora de Bolivia como un todo y esto es el salar. En términos turísticos, no podemos tirar una mixtura de ofertas al mundo porque no se van a acordar de nosotros.
Como ejemplo, lo que todo el mundo conoce del Perú es Machu Picchu, de Brasil es Río de Janeiro, de Ecuador es Galápagos
— ¿Por qué no otro ícono?
— No pueden ser las Misiones Chiquitanas porque hay misiones en otros cuatro países, por más que las características sean distintas. No puede ser el Madidi porque existe selva en otros 12 países. No puede ser el lago Titicaca porque lo compartimos con Perú, que en infraestructura nos triplica.
— ¿Cuál es la diferencia entre el flujo turístico de los bolivianos y los extranjeros?
— Los extranjeros tienen un objetivo casi común que es conocer el salar de Uyuni, pero otros destinos que también son muy visitados. El boliviano no es que viaja a los mismos destinos que lo hacen los extranjeros. Por ejemplo, uno de los lugares más visitados es Cochabamba, por su gastronomía y porque está en un sector estratégico en el país.
— ¿Qué tipo de estrategia realiza el Gobierno nacional?
— El Plan General de Turismo se viene construyendo desde hace un año y medio. Con esto se identificó lugares o destinos y fiestas importantes en cada región. Lo que hicimos es priorizar los eventos que ya tienen flujo turístico y pueden ser más fuertes.
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