sábado, 7 de junio de 2014
Atractivos naturales revelan potencial turístico de Sorata
El principal atractivo de Sorata radica en sus calles coloniales y sus paisajes naturales.
En los últimos años, Sorata se ha catapultado como uno de los destinos favoritos en el departamento de La Paz. En esta población aún se puede observar los resabios coloniales que conviven armónicamente con los paisajes naturales de un valle que lleva como guardián al imponente Illampu.
“El principal atractivo de Sorata radica en sus calles y en los lugares aledaños a los que se puede ir caminando, como la gruta de San Pedro o el camino del oro que forma parte de caminatas extensas y que son muy requeridas por los turistas, quienes ya no buscan sólo tomar fotografías, sino internarse en la aventura”, manifestó el guía turístico, Alejandro Serrudo.
En el pueblo se pueden ver en sus calles un aire colonial que nos lleva a pensar en lo histórico de la región, pequeños callejones entretejidos, con graderías de peldaños angostos y empinados que conducen a uno de los domicilios más visitados como la Casa Gunther, una mansión que fue construida en 1895.
Como en toda población, el punto principal es la plaza central, llamada general Enrique Peñaranda, donde se encuentran todos los negocios principales, desde las llamadas telefónicas hasta el correo y de donde se puede tener una vista maravillosa de los nevados y montañas que rodean a este cañadón.
“Uno de los paseos más comunes es el que se hace a la Gruta de San Pedro, a dos horas de caminata de Sorata, se puede contratar transporte, pero la verdad es que, dependiendo el grupo de visitantes, es mejor ir caminando, porque mantiene el dinamismo y la emoción”, expresó Serrudo.
Al interior de esta cueva se encuentra una laguna en la que hasta hace algún tiempo se podía nadar, sin embargo con el pasar del tiempo se ha dispuesto botes a pedales que sirven para dar un paseo y cruzar de una orilla a otra.
“Desde hace miles de años esta población ha sido uno de los ingresos hacia la amazonia de La Paz, regiones en las que existe el oro, por lo que desde los incas han creado rutas que en su tiempo unían las minas de oro en Tipuani y Mapiri con la capital del Cusco en Perú”, relató Serrudo.
Estas rutas comprenden caminatas de dos hasta siete días, que se conectan con las tierras bajas, dando a los viajeros una gran posibilidad de participar en redes turísticas por Ancoma, Chusi y Llipi, que prestan diferentes paisajes impensables y ruinas de lo que un día fue los caminos incaicos para un departamento que siempre ha sido considerado como altiplánico.
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