Nuevo concepto. Después de unos meses de inundación en el oriente boliviano, la gente está comenzando a activar su economía a través del turismo; como un medio para generar recursos económicos y además volver a dar una oportunidad a la región de superarse y salir adelante.
La angustia ocupó el territorio beniano a medida que el nivel del agua subía hasta ingresar a los hogares de los pobladores, quienes entre llantos pedían auxilio para salvar a sus familiares y a sus animales de las inundaciones.
Resulta difícil armar este cuadro en la mente, a solo cuatro meses del desastre natural, por todo el trabajo que se levantó en la zona y con los brazos abiertos espera a los visitantes para mostrar sus atractivos turísticos con el relanzamiento de la ruta “Rurrenabaque - Pampas del Yacuma y Madidi”.
Dorio Hocuvere, presidente de la Asociación de Trabajadores de Turismo de Santa Rosa del Yacumo, es dueño de dos embarcaciones a motor bautizadas como Monkeys (monos traducidos del inglés), cada una de ellas es capaz de transportar a ocho personas, cómodamente acomodadas en asientos. Estas mismas embarcaciones se encargaron de evacuar a los damnificados durante la época de lluvias.
“Parecía que los animales querían hablar, subirse a nuestros botes porque no tenían dónde pisar tierra, se remolinaban entre ellos y así se iban muriendo”, cuenta Dorio, quien descansa sus esperanzas de mejores días para la región en la actividad turística.
A finales de mayo de este año el Viceministerio de Turismo ejecutó el “Programa Nacional de Turismo Comunitario”, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por intermedio de un crédito, para incrementar el flujo turístico y que los beneficios lleguen a las comunidades.
La senda verde se inicia en Rurrenabaque, que recibe cerca de 30 mil turistas al año, en su mayoría extranjeros provenientes de Estados Unidos, Israel, Inglaterra, por citar algunos, y que además cuenta con los servicios básicos principales, como ser luz y agua potable, telecomunicaciones, centros de salud, hotelería, banca, gastronomía y bares, para comodidad de la gente.
Por la mágica ruta
Por su ubicación geográfica Rurrenabaque une en un micro circuito a dos atractivos; por una parte a las poblaciones de Los Santos Reyes y Pampas del Yacuma y por el otro lado están Pilón Laja y el Madidi.
Ya el año 2000 se creó el Día de la Tradición Porteña, -que se efectúa los días 30 y 31 de mayo-, con el objetivo de activar el movimiento turístico. Durante esta actividad se muestra una feria artesanal, una entrada folclórica con demostración de tradiciones, gastronomía, juegos y la elección de la Reina de la Tradición y Miss Rurrenabaque.
Pasando al siguiente circuito se llega a la población de Los Santos Reyes. La misma que ya desde el 2008 cuenta con un área protegida, con una extensión de 500 mil hectáreas, el 53 por ciento de ésta constituye el municipio. Con esta actividad se logró concienciar a los ganaderos de 46 estancias y a seis comunidades.
Existe un proyecto nuevo, que es construir un balneario en la laguna Copaiba, dentro de la población de Los Santos Reyes, en la cual se está proyectando un área de camping, para pasar al menos una noche y hacer caminatas guiadas.
Esta población también cuenta con un Museo Arqueológico y Etnográfico, el cual fue construido con ayuda de la Embajada de Alemania allá por el 2008. Este museo se proyectó luego de que se encontraron piezas arqueológicas en una excavación y vieron la necesidad de una infraestructura, donde se encuentra la historia de los pueblos amazónicos; su vestimenta, sus danzas, sus tradiciones, su creencia espiritual.
“Antes de la llegada de los conquistadores españoles a la América había una amplia relación de intercambio comercial entre el poderoso imperio incaico y los grupos étnicos amazónicos de tierras bajas”, lo que está detallado en uno de los escritos en el museo.
La iglesia de “Los Santos Reyes” comenzó a construirse en 1965, con madera cuchi que era muy resistente a la humedad, pero fue concluida ocho años más tarde, el 16 de septiembre de 1973. Aunque su campanario se entregó el 21 de noviembre de 1978.
Al frente de este edificio se escenificó el nacimiento del Niño Jesús. Este poblado vive la “Festividad de Reyes” del 6 al 8 de enero; cada día dedicado a un rey mago (Melchor, Gaspar y Baltazar).
Continuando con esta aventura turística se llega a Santa Rosa del Yacuma, que cuenta con un área protegida municipal denominada “Pampas del Yacuma”, que es la más grande del mundo con 616.453 hectáreas. Entre sus espacios llamativos se encuentra la laguna Bravo, donde existen pirañas que no atacan al hombre y que son pescadas para el consumo humanos; además el lago Rogagua, la Casa Simón, la iglesia Santa Rosa, por citar algunos lugares.
El turista tiene la gran oportunidad de navegar por el río Yacuma, durante la noche sobre una embarcación y tal vez si tiene mucha suerte podrá presenciar cómo brillan los ojos de los caimanes entre las plantas y además disfrutar del cielo estrellado, rodeado por un silencio tranquilizador y una temperatura agradable.
También es una gran suerte que existan albergues para pasar la noche en medio del bosque, con sonidos propios de la naturaleza, como los gritos de los murciélagos, las aves, los monos, el vuelo de los insectos y el olor del forraje de los árboles.
Después de una noche inolvidable, el viajero tiene que volver al río Yacuma para respirar un aire puro y buscar un lugar adecuado para presenciar la salida del sol.
Tras recibir los primeros rayos del sol, el turista puede proseguir el viaje por el río, para contemplar la flora y la fauna, respetando su espacio.
Y si los dioses le sonríen aun más, el ocasional visitante puede apreciar la belleza de los delfines de río, denominados bufeos.
Madidi, la tierra del encanto
De regreso a Rurrenabaque el siguiente destino es el Madidi, cuya puerta de ingreso es San Buenaventura (La Paz). Abarca los municipios de Ixiamas, Apolo, Pelechuco y Guanay.
Solo el río Beni marca la distancia con el departamento de Beni y navegar por sus aguas brinda un espectáculo único por las majestuosas montañas y los árboles.
El Madidi recibe cerca a siete mil visitantes, es por ello que cuenta con cinco albergues para la instalación de los viajeros y que ellos puedan conocer a profundidad la experiencia de vivir entre animales, plantas, reptiles e insectos. También está permitido acampar al aire libre, siempre y cuando se respete el ecosistema.
La visita a este espacio es efectuada en compañía de un guía, quien es un experto en manejar grupos de 10 personas, quienes podrán presenciar guardando silencio el lugar donde anida la paraba barba azul, una especie en peligro de extinción, amenazada antes por los indígenas que buscaban sus plumas.
Entre las particulares de la paraba está su fidelidad con la pareja, así hasta que ella muera no tendrá otra compañía el resto de su vida.
Y de los cuatro huevos que empolla uno se pudre, otro muere y dos viven. Como ésta hay más historias en medio de la riqueza verde que esperan ser descubiertas.
Cidob incursiona en turismo
La Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) tiene el propósito de formar parte del turismo rural y ha consensuado con el Viceministerio de Turismo la creación de un Centro Etnoecoturístico.
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