miércoles, 3 de diciembre de 2014

Sucre: imponente e histórica

Un paisaje blanco conformado de construcciones de antaño anuncia la llegada a Sucre, el testimonio vivo de la historia de la época colonial, una ciudad que te invita a viajar en el tiempo para descubrir el misterio que entrañan sus calles.

La “Ciudad Blanca”, denominada así por el color de sus edificaciones, fue conocida también como “Charcas” y “La Plata”.

Metrópoli que muestra un paisaje singular por los tejados rojos que revisten los techos de las construcciones arquitectónicas, fue declarada en 1969 como “Ciudad Histórica Monumental”, un año después como “Ciudad patrimonio Histórico de los bolivianos”. En 1979, la Organización de Estados Americanos (OEA) le confiere el título de “Ciudad Monumento de América” y en 1991 la Unesco la declara como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

Al pasear por sus calles tranquilas no sólo se aprecian obras monumentales sino también se respira aire de conocimiento y libertad, pues en esta ciudad se erigió en 1624, la cuarta universidad de todo Sudamérica, la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca que forjó los ideales revolucionarios y que a la fecha, la presencia de la comunidad universitaria aún es latente.

Cuna de la independencia

¡Morir antes que esclavos vivir!, fue la premisa que el año 1809 consagró el primer grito libertario que llevaría a Bolivia a la independencia y que 16 años después, el mismo escenario geográfico vería nacer a la entonces República de Bolivia.

La casa de la Libertad, inicialmente un claustro jesuita y posteriormente el lugar donde funcionó la Universidad San Francisco, es el monumento histórico más importante del país porque en sus ambientes Bolvia nació a la independencia.

En la Sala de la Independencia, llamada así porque en ella se redactó y firmó el acta de la independencia del Alto Perú un 6 de agosto de 1825, antiguamente funcionaba La Real Academia de Carolina. En ella se contempla púlpitos antiguos y un coro labrado en cedro recubierto de oro de 22 kilates.

La construcción data del siglo XVII y está trabajada en arte mudéjar cuya característica central es el tallado en madera para los techos.

Otra de las salas representativas de la Casa de la Libertad, es la Sala de los Guerrilleros donde yacen los restos de los esposos Manuel Asencio Padilla y Juana Azuduy de Padilla, dos personajes que lucharon contra la corona española por la emancipación en el Virreinato del Río de la Plata.

El edificio es un amplio claustro rodeado de ocho galerías de una sola planta que se apoyan en columnas de piedra, cuenta con un archivo especializado en historia y geografía y una mapoteca antigua.

Rastros prehistóricos

Tras un recorrido de 15 minutos desde la ciudad de Sucre, se encuentra el yacimiento de huellas de dinosaurios más grande del mundo. El farallón de Cal Orck’o se alza imponente, revelando los secretos de las diferentes especies de estos fabulosos animales que desaparecieron hace 68 millones de años.

Alrededor de 5.055 huellas pertenecientes a ocho especies distintas, 462 rastros continuos y 581 metros de caminata de un pequeño terópodo que representa un récord mundial, se conjugan en un farallón que se extiende en 1.500 metros de largo y 110 metros de alto.

Antecedentes

Esta obra monumental forma parte de un megayacimiento que se extiende desde el sur del Perú, a través de los Andes, hasta la provincia de Salta en el norte de Argentina.

Fue descubierta por la Sociedad Científica Universitaria de Paleontología (Sociupa), previa información sobre la existencia de fósiles invertebrados encontrados en la zona de Humaca y sectores aledaños al lugar.

El valor estético excepcional que se aprecia desde una distancia de 300 metros es un deleite visual.

Autenticidad

Todos los grupos de dinosaurios descubiertos en Sudamérica están presentes con sus huellas en el farallón de Cal Orck’o, sin embargo, las más importantes son las de los anquilosaurios que alcanzan una velocidad de más de 11 km/h. Éste es el primer registro en Sudamérica y el más importante en el mundo.

Según María Teresa Gamán, guía turística, pocos yacimientos dan cuenta sobre las huellas del cretácico tardío, Cal Orck’o es uno de ellos, pero su valor agregado se debe a la cantidad concentrada de icnitas.

Actualmente es un referente de investigación paleontológica porque los procesos biológicos y físicos permitieron la preservación de fósiles vertebrados e invertebrados y fundamentalmente las huellas de dinosaurios.

Parque Cretácico

A 300 metros del yacimiento de Cal Orck’o se alza el Parque Cretácico, un complejo turístico único que brinda la posibilidad de conocer a los protagonistas de esa época en tres dimensiones, la migración de los animales, la extinción de los dinosaurios y el límite entre la era mesozoica y Terciaria.

Cuando nos refugiamos en sus ambientes salta a la vista el paisaje que hace 65 millones de años se constituía en una cotidianidad; pues el parque presenta la flora y réplicas de la fauna en tamaño real.

Esculturas como las de un acorazado Anquilosaurio, el Tiranosaurio Rex y otras especies de herbívoros y carnívoros se refugian en este lugar, donde los efectos de sonido permiten que la imaginación reviva la época prehistórica.

Castillo de la Glorieta

A ella le gustaban las muñecas y pasear por el jardín. Él consentía a los caballos y, como buen minero, le gustaba pasar horas en el salón del mal. Don Francisco de Argandoña y doña Clotilde Urioste de Argandoña, erigieron una obra arquitectónica monumental a 5 kilómetros de la ciudad de Sucre, tras recibir el título de “Príncipes de la Glorieta” en reconocimiento a su labor benéfica por la niñez sucrense.

El administrador del Castillo de la Glorieta, Daniel Velázquez, afirma que a diario un promedio de 30 turistas se da cita en este lugar para apreciar la monumental obra arquitectónica de estilo ecléctico.

“Los planos de la construcción estuvieron a cargo del arquitecto Domingo Antonio Camponovo y se bautizó con el nombre de La Glorieta. Es uno de los más curiosos edificios del periodo republicano”, afirma Velázquez.

Se trata de una arquitectura ecléctica europea del siglo XIX donde se unen el estilo gótico, manierista, barroco, rococó, neoclásico y mudéjar.

Este lugar que parece arrancado de un cuento de hadas cuenta con dos salas principales: la del Bien y la del Mal por los retoques de abundancia y las gárgolas que adornan sus techos, además de estar conformada por casi 50 ambientes.

Del esplendor del castillo pasamos al jardín, construido por Martinelli y Tonelli, dos famosos jardineros franceses que realizaron una réplica de los jardines del Palacio de Versalles en la propiedad de la familia Argandoña.

Lagos artificiales, fuentes, vivero, un pequeño criadero de aves y un templo dedicado a la diosa Vesta en más de 2 hectáreas de terreno fueron el pasatiempo de Clotilde Urioste que nunca pudo dar a luz al añorado heredero, situación que arrebató a Bolivia la oportunidad de contar con un principado.

Fotografía visual desde la iglesia San Felipe de Neri

La arquitectura colonial que actualmente alberga a las estudiantes del colegio María Auxiliadora fue construida con piedras provenientes de la cantera del cerro Churuquella, fundada en 1795. En el pasado fue un claustro de la orden de las Carmelitas Descalzas.

Desde su terraza de piso de ladrillo se observa una vista panorámica de la ciudad de Sucre junto a sus dos celosos guardianes, los cerros Sica Sica y Churuquella.

A la distancia se aprecia la organización arquitectónica emplazada por Pedro Anzures Marqués de Campo Redondo fundador de la ciudad quien la organizó con características similares a las de un tablero de damas, con cuadras amplias.

“Esto hace que sea una ciudad solariega, amplia y blanca, una característica que ha hecho que adquiera una de las tantas denominaciones que tiene esta ciudad”, acotó Pilar Carbajal, gerente general de la agencia Rutas del Sur.

El atardecer que destella en los tejados de la ciudad y en las bancas que antiguamente estaban cubiertas por un fino barniz sincronizan para respirar un momento de paz y deleitarse con el paisaje del fino atardecer.

Carbajal cuenta que los religiosos se apostaban en los púlpitos de la terraza desde que los primeros rayos del sol alumbraban a la ciudad y se retiraban al finalizar la tarde, pasando horas continuas en constante oración. “Era una orden del silencio, entonces las únicas horas en las que podían intercambiar palabras era al medio día y al finalizar la tarde”, añade.

En su interior se conservan obras del arte sacro y muebles del siglo XIX. Al caminar por los pasillos se siente el frío exorbitante que quizá sea por la cripta donde descansan los restos mortales de los principales filipenses y de personalidades como Ramón García Pizarro, el último presidente de la Audiencia de Charcas.



Las reliquias de la iglesia San Francisco de Asis

Es la segunda iglesia más antigua de la ciudad de Sucre que se inició como una modesta capilla, cuyo objetivo era evangelizar a los indígenas, posteriormente se convirtió en una iglesia de una sola nave.

El decorado interno de los techos y las pinturas de óleo son los principales atractivos. Se trata de un decorado de estilo mudéjar en varios modelos. El altar mayor está decorado con tallados y en ella se utiliza la técnica de pan de oro, al igual que en los retablos laterales.

En la parte superior existe una colección de 10 cuadros que datan del siglo XVII y XVIII, se encuentran relativamente conservados y que por el momento no han sufrido ningún tratamiento especial para su conservación.

Los cuadros que en su mayoría son anónimos y están celosamente guardados al interior de la iglesia, porque algunos de ellos sufrieron mutilaciones.

Pilar Carbajal, gerente general de la agencia Rutas del Sur, explica que los cuadros fueron mutilados años atrás por quienes buscan baluartes artísticos, según ella, la perfección de rostros y manos en las pinturas al óleo son muy cotizadas en el mercado negro.

Al interior también existe una colección pequeña de casullas, prendas litúrgicas que eran utilizadas por los sacerdotes, de valor incalculable por el trabajo manual que cada una de ellas representa. “Fueron bordadas en sedas con hilos de plata y oro”, añade Carbajal.

La torre más pequeña aloja a la famosa Campana de la Libertad que fue fundida en 1800 y que en la desesperación tras el arresto de Jaime de Zudáñez, llamó al pueblo chuqisaqueño para que se reuna en la plaza y exija su libertad.

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