Lugar extraordinario. El New York Times eligió a Bolivia como uno de los 52 destinos turísticos para visitar en 2015. La cadena de noticias CNN destacó al Salar de Uyuni como destino mágico.
El prestigioso periódico estadounidense The New York Times recomienda visitar 52 países del mundo durante 2015, y ubica a Bolivia en el octavo puesto como un lugar “imperdible”.
“Los días de huelga, el transporte implacable y los bloqueos de carreteras son, en su mayoría, parte del pasado”, dice The New York Times, como argumento para visitar Bolivia.
Los viajeros que quieran turismo “amigable” serán recompensados con nuevos atractivos, entre los que está Bolivia, y mencionan el restaurante de Claus Meyer, Gustu, y la Fundación Melting Pot, como lugares que ayudan a “establecer un nuevo tono culinario” en La Paz.
El diario neoyorquino también recomienda visitar las rutas del vino, el turismo de aventura, el Salar de Uyuni, los Yungas, entre otros lugares.
Por su parte la cadena de noticias estadounidense CNN publicó un artículo de la escritora de viajes y fotógrafa sudafricana Sarah Duff, donde resalta la majestuosidad del Salar de Uyuni.
“Bolivia, un país sin litoral, tiene mucho que ofrecerle a los viajeros, desde la selva amazónica rica en vida silvestre hasta caminatas en las montañas de los Andes. Sin embargo, uno de sus aspectos destacados menos conocidos es un sorprendente viaje en un vehículo de doble tracción a lo largo del altiplano, el cual se encuentra en el desierto al suroeste de Bolivia, cerca de la frontera con Chile”, señala Duff.
“Durante tres días, los viajeros pueden disfrutar de un escenario desértico espectacular y de otro mundo... arena de terracota esparcida con rocas volcánicas que evocan las pinturas de Salvador Dalí, volcanes humeando, géiseres echando vapor, campos de lava solidificados y lagunas adornadas con flamencos”.
“La joya es la planicie de sal más grande del mundo: el salar de Uyuni.
Este salar, del tamaño de Singapur, es inmenso y desconcertante, kilómetros de corteza de sal deslumbrante que se extienden en todas direcciones”.
“Cuando te paras encima de esa corteza sientes como si estuvieras sobre la superficie de otro planeta”.
Varios operadores turísticos ofrecen viajes guiados en vehículos de doble tracción, los cuales normalmente incluyen transporte en vehículos Land Cruiser, conductores y alojamiento en refugios básicos y hoteles hechos de sal.
Muchos visitantes inician el viaje desde Uyuni, la ciudad poco atractiva y polvorienta de Bolivia, y finalizan en San Pedro de Atacama, justo en la frontera con Chile.
Para grupos más pequeños y para poder tener la oportunidad de ver la planicie de sal al amanecer, es mejor iniciar en Chile y terminar en Bolivia.
De cualquier manera que lo hagas, es un viaje lleno de aventuras a través de uno de los paisajes más excepcionales del mundo, concluye Duff.
La información de Turismo Bolivia Perú presenta las características del Salar de Uyuni:
Es el más grande en el mundo y está ubicado en el departamento de Potosí, al sur de Bolivia, a una altura de 3.680 msnm y con una superficie de 12 mil kilómetros cuadrados.
Es una planicie de singular belleza por su impresionante espejo de sal que se formó por la evaporación de antiguos mares.
Está conformado por aproximadamente 11 capas de sal, cuyo espesor varía entre los 2 y 10 metros.
El salar se extiende como una enorme plataforma plana y blanca. Se estima que la cantidad de sal que existe en el Salar es de 64 mil millones de toneladas. Adicionalmente el Salar es una de las mayores reservas de litio del mundo.
El Salar de Uyuni es belleza, magia, aventura con paisajes indescriptibles, es un lugar que nos invita a entrar en contacto con la naturaleza rodeado de montañas y volcanes que alcanzan los 5.000 msnm.
El Salar es ideal para los que gustan de la fotografía y el turismo de aventura, es un lugar magnifico para disfrutar de la tranquilidad, es un lugar donde uno puede encontrarse consigo mismo y poder disfrutar de un mundo sin igual.
En el Salar se disfruta de un paisaje similar a la de las regiones polares en las que se funden el azul y el blanco. Sus reflejos generan en el horizonte imágenes de cerros invertidos y un horizonte salino, y hacen de este lugar uno de los mejores sitios para los amantes de la fotografía.
LEYENDA DE THUNUPA
El gran Salar de Uyuni, como toda gran obra de la naturaleza, tiene sus más variadas leyendas.
Una de ellas nace de la cosmovisión andina y tiene su origen en el volcán Thunupa.
Según cuenta la leyenda tradicional, Thunupa era una bella dama que estaba casada con Cuzco.
Cuzco había traicionado a su esposa por una joven doncella llamada Cosuña. Al ver esto, indignada, Thunupa se dio a la fuga por el sector al que llamaban Kachipampa (pampa salada) y allí cayó, justo donde en la actualidad se encuentra el volcán que lleva su nombre.
En este páramo, antes de morir, Thunupa, quien poco antes había dado a luz, lloró con lágrimas tan saladas que éstas y la leche que brotaba de su seno materno, convirtieron el lugar en un majestuoso salar, el salar de Thunupa, actualmente conocido como el Salar de Uyuni.
Cuzco, por su parte, se erige expectante como cerro al este del salar de Uyuni.
El cementerio de trenes
Uno de los impresionantes paisajes que alberga este gigante de sal es el cementerio de trenes, un lugar desolado y plagado de maquinarias ferroviarias antiguas que abre las puertas al pasado de Uyuni, cuando el auge de la minería apuró la llegada de las locomotoras al país.
Una de las primeras rutas ferroviarias creada en 1899, conectaba Uyuni con Antofagasta. Por ella circulaban vagones cargados de plata que salían de las minas de Huanchaca. Este fue el inicio de lo que hoy une la ciudad orureña con Villazón, pasando por Tupiza, Atocha y diferentes pueblos.
El tren era considerado como símbolo de progreso. La imagen de una locomotora causaba gran alegría en los bolivianos de la época, que celebraban con pomposas ceremonias oficiales. Sin embargo, la celebración duró poco porque los trenes se llevaban mineral pero no traían el tan anhelado progreso.
Por muchos años el Estado los administró, hasta que durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada los ferrocarriles fueron capitalizados.
A la larga, estos gigantes de hierro y acero se convirtieron en desolados adornos del paisaje altiplánico, constituyéndose como una parte fundamental de la vida de los pueblos por los que atravesaba y de las historias de muchas personas de la época.
Los trenes simbolizaron una hermosa época para los jóvenes que pudieron atravesar el trayecto de los trenes, donde el espíritu aventurero y los proyectos de vida los llevaba a conocer nuevos horizontes. El recorrido quedó marcado para siempre en su memoria junto con las innumerables anécdotas.
El paso del ferrocarril también significó un intercambio turístico con gran afluencia de muchachas hermosas, jóvenes galanes y conocidos personajes de la historia.
Hoy, visitar el cementerio de trenes es una gran experiencia para turistas bolivianos y extranjeros, pues con tan solo dar una mirada hacia atrás, se tiene la impresión de estar en un importante sitio histórico, donde las ruinas son parte de un pasado cercano.
El cielo azul y un viento helado acompañan el paisaje desolado, pero al mismo tiempo refuerzan la majestuosidad del lugar.
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