Desde el próximo mes se venderán los paquetes turísticos desde Bs 120.
A una altura de 4.600 metros sobre el mar, en el distrito rural 13 de El Alto, se encuentra Alto Milluni, sitio que posee potencial turístico poco conocido, inclusive por los mismos alteños. En las faldas del Huayna Potosí, distante a 45 minutos de la ciudad, una comunidad es parte de la Ruta Qhutaña, destino impulsado por la unidad de Promoción de Turismo de la Alcaldía de El Alto y en coordinación con la Empresa Estatal Boliviana de Turismo (Boltur), que busca apoyar al fondo del turismo comunitario de Milluni.
El responsable de esa división municipal, Diego del Carpio, explicó que desde abril se pondrán a disposición de la población paquetes turísticos para visitar el lugar.
El paquete turístico de la Ruta Qhutaña, que tendrá un costo de 120 bolivianos, consistirá en transporte de ida y vuelta, refrigerios, almuerzo comunitario, servicio de guía turístico y otros materiales de apoyo.
LA TRAVESÍA. Diez puntos forman parte de la Ruta Qhutaña, cuya principal característica es la variedad. El primer punto de la ruta es la Apacheta Jilarata (lugar alto), situada en un mirador con panorama de 360 grados y desde donde se aprecia el Huayna Potosí al norte, parte del lago Titicaca al oeste, y los 13 distritos de El Alto al sur, además del Illimani, visto desde una perspectiva diferente.
Se dice que el lugar es sagrado porque allí cayeron rayos e, incluso, hubo remolinos. En la apacheta, hay un promontorio de piedras con forma de una llama sentada, se debe pedir permiso a la Pachamama para acercarse al Huayna Potosí, un achachila, lo que es un imperativo.
El camino sigue hasta Muruq’uta, donde se encuentra una laguna redonda con agua cristalina. Con un PH de 0, es un bebedero natural. Se considera que en el lugar hay un afluente interno, un río bajo tierra que siempre mantiene con agua a la laguna, en la que hay una diversidad de aves, como wallatas, gaviotas y alkamaris.
Un centro de alta relevancia histórica es la antigua estuquera Milluni (sector Trapiche), que a primera vista parece un chullpar, pero son los hornos que ya no funcionan. Además de la minería, otra de las principales actividades de Alto Milluni se centró en la explotación de la piedra caliza para hacer estuco.
José Luis Poma, presidente de la Comisión Impulsora de Turismo Comunitario, asegura que la construcción data de 1960 y permaneció activa hasta 1984 aproximadamente. El estuco que allí se producía fue de gran calidad. "Muchas de las edificaciones que se encuentran en Palacio de Gobierno y alrededores que son casas antiguas, llevan en sus fachadas este estuco".
El producto resultaba del proceso del quemado, a base de bosta, de la piedra caliza. De ello se obtenían productos secundarios como cal, hollín y pigmentos. Poma explicó también que quienes trabajaban allí, no percibían un sueldo, solo alimentos. Diariamente salían dos volquetas de estuco específicamente hacia La Paz.
De vuelta a la ruta, se llega a un sitio paradisiaco, la laguna Esmeralda (laguna verde), que se caracteriza por su belleza natural. Su color se debe a los minerales que se hallan al fondo, además del prisma que se refleja por el sol. En sus alrededores se extraía la piedra caliza para la estuquera, aunque también hay cuarzo, mineral que a partir de ahora se aprovechará para que la comunidad tenga un ingreso extraordinario a través de artesanías.
Para llegar a la represa Milluni se debe hacer un trekking de aproximadamente una hora y media. El final de ese recorrido deja como gratificación la vista de la laguna Colorada o Milluni grande, que tiene una extensión de 277 hectáreas y alberga más de 10.000 metros cúbicos de agua, cuyo color varía entre amarillento, naranja, colorado y un poco azul, de acuerdo con los celajes. El agua está contaminada por la explotación de la mina, ya que cuando llueve, el agua lava el mineral y este se deposita en la laguna. A ello se suma el deshielo de los nevados. La cuenca de Milluni es rica en minerales, por lo que restos de zinc y wólfram llegan allí. El PH es de 2,7 a 3,4, pero esa agua pasa por un proceso de calización y purificación en la planta de EPSAS en Alto Lima y es la que llega a los grifos del casco urbano de La Paz y parte de la ciudad de El Alto.
Cerca de allí está Chusamarka, donde hay un desierto naranja y otra laguna, que aunque más pequeña es más roja. Esas aguas también forman una represa, que contiene zinc, wólfram y silicato de aluminio. El agua tiene un PH de más de 3, por lo cual no es potable.
Otro de los puntos importantes de la ruta es la mina Milluni. A su lado se construye lo que en el futuro será un museo mineralógico, que expondrá todo lo que se explota. La mina está
a 10 minutos del cementerio de Milluni.
Max Cerón Choque explica que la mina inició sus operaciones en 1920, a cargo de la compañía inglesa la Fabulosa Mines Consolidated. Esa compañía se declaró en quiebra en 1972 y se hizo cargo la Compañía Minera del Sur, de los hermanos Sánchez de Lozada, hasta 1985, cuando llegó la relocalización.
En 2006, un grupo de extrabajadores toma la iniciativa de reabrir la mina y adquiere el derecho concesionario de manos privadas (asesores de Comsur) y se reactiva. Actualmente se explota zinc en el yacimiento.
Se permite el ingreso hasta los 300 metros en interior mina.
Previa llegada al punto final, el trayecto pasa por el campamento minero, donde se halla un teatro, Hernán Siles Zuazo se llaman, en el cual los comunarios aseguran que se ofrecían grandes espectáculos, tanto de cine, teatro, y música. Ahora cerrado, en el espacio se observa un mural de Wálter Solón Romero totalmente destruido.
Otros atractivos como la estación de radio Huayna Potosí y la iglesia están cerca.
El final de la travesía llega con la visita al histórico cementerio de Milluni, que es el icono del lugar. Las tumbas recuerdan a los visitantes que fue la mañana del lunes 24 de mayo de 1965 que varios mineros se apostaron en el lugar para hacer frente a las tropas enviadas por René Barrientos. Por entonces, todas las minas fueron intervenidas, excepto Milluni. A través de la radio Huayna Potosí se envió un mensaje a los invasores. Se les dijo que los trabajadores no les temían y que pelearían. La historia es conocida.
Barrientos envió tanquetas y aviones. Los mineros, lejos de esconderse y armados con dinamita, sostuvieron una lucha de dos horas. Mucha gente murió, entre mineros, palliris y niños, la mayoría de ellos aún reposa en el camposanto.
Si se entrecierran los ojos al divisar el cementerio a cierta distancia, puede verse que su arquitectura simula un pueblo. Ello se debe a que quienes lo construyeron, buscaron reflejar su deseo de sentirse "como en casa".
Así es Milluni, un lugar pleno de historia, que se debe recordar. Territorio de belleza impactante que ofrece nuevas cosas por descubrir.
EN ALTO MILLUNI, LA GENTE VIVE DE LA MINERÍA, ADEMÁS DE LA CRÍA DE CAMÉLIDOS Y OVINOS. SE REACTIVÓ LA PESCA DE LA TRUCHA.
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