El altiplano tarijeño guarda sus joyas de manera singular, a flor de piel, y la Cuenca de Tajzara es una de ellas. La aridez del lugar contrasta con el azul oscuro de las lagunas, el ocre de las montañas y la blancura de las dunas de arena.
La visita se realizó en el marco de la celebración del Día Mundial de Turismo el 27 de septiembre y fue organizada por el Gobierno Municipal y coordinada con la Asociación de Guías y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).
Tajzara se encuentra en la Reserva Biológica de la Cordillera de Sama, a unos 70 kilómetros de la ciudad, para llegar al lugar se debe tomar el camino que conduce a Villazón y, luego de recorrer por unas tres horas el altiplano tarijeño.
Luego de disfrutar del paisaje por unos 20 minutos, la comitiva se dirigió a Laguna Grande para de igual manera quedarse un apreciable momento mientras la guía Raquel Ortega explicó que se debe tener en cuenta ciertos cuidados como el de respetar los senderos de caminata, no aproximarse a los flamencos porque son aves que se espantan fácilmente y tener cuidado con el manejo de la basura.
Luego fue el turno de visitar las dunas, un lugar en el que las condiciones orográficas hacen que los vientos confluyan y acumulen la arena de manera caprichosa. Las corrientes de aire suelen elevar por varios metros el polvo blanco y el suelo se torna esponjoso haciendo un poco difícil la caminata.
Por su parte, el responsable de Turismo del Sernap, Omar Mendoza, destacó que el lugar es un importante hábitat para las 42 especies de aves acuáticas que dependen de este ecosistema por lo que es importante conservarlo y por ello fue nominado como sitio Ramsar (Convención para la conservación y el uso racional de los humedales). Tajzara también es una fuente de agua importante para Tarija.
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