viernes, 3 de junio de 2016

“La tecnología ayudará a mostrar Tiwanaku al mundo”

Para el vicepresidente del Grupo Thales América Latina, Rubén Lazo, mostrar Tiwanaku al mundo es una cuestión personal. Al ser uruguayo y haber vivido en Brasil, antes de trasladarse a Europa, tiene un particular interés por visibilizar las civilizaciones que se desarrollaron en la región. "Hay una historia, hay un potencial pero que no está explorado en el buen sentido, no está visible. Tenemos mucho por hacer”, afirmó.

El grupo Thales América Latina y el Ministerio de Culturas firmaron el miércoles un acuerdo para desarrollar un proyecto en el centro arqueológico, que fusionará tecnología -la especialidad del grupo francés Thales- con arqueología, que contará además con la participación activa del pueblo de Tiwanaku. "Son ellos quienes tienen que levantar la bandera”, dijo Lazo.

¿Qué experiencia tienen en este tipo de proyectos?

Hicimos algo similar en Brasil, tenemos un proyecto en Ciudad de Piedra, donde pudimos ayudar a los arqueólogos a manipular información de 30 años. Es en el noroeste, en el sitio ecológico de Rondonópolis, en el estado de Matto Grosso. Ciudad de Piedra es un sitio arqueológico abierto, muy parecido a Tiwanaku.

¿En qué consistió su intervención en Ciudad de Piedra?
Conectamos la tecnología con la arqueología y desarrollamos un software que nos permitió compilar, organizar y trabajar; esa organización, ahora, permite hacer estudios.

¿Qué impresión tiene del centro arqueológico de Tiwanaku?
Tiwanaku es algo fantástico, histórico, mucho mayor. La historia que hay debajo de la tierra en la piedra es algo importante. Tenemos la voluntad de descubrirla con la experiencia que tuvimos en Brasil; es perfecto para casar las dos cosas. Creemos que con nuestra tecnología y con la riqueza que hay en este sitio arqueológico podremos traer mucho conocimiento para América Latina, no solamente para Bolivia, porque estamos hablando de civilizaciones andinas.

¿Cómo se vincula la tecnología y el pasado?
No podemos hacer tecnología sin entender el pasado. El gancho que tenemos en Tiwanaku es entender cómo esta civilización se desarrolló, cómo llegó a ese punto, cómo pudieron en ese tiempo llegar a tal desarrollo del conocimiento. Eso es algo que me fascina y esa es la correlación que hacemos nosotros, porque lo hacemos permanentemente. Para mirar el futuro, también miramos el pasado.

¿Cuándo comenzará el proyecto?
Ya comenzamos, porque el año pasado invertimos mucho en elaborar un estudio, enviamos misiones, hicimos investigaciones y descubrimientos.

¿Qué pasos se darán ahora?
Tenemos seis meses, junto con el equipo del Ministerio de Culturas y el equipo del pueblo de Tiwanaku, para establecer una hoja de ruta que va a consistir en cuatro partes. Una parte es la señalización, porque cuando usted visita el museo realmente la gente queda un poco perdida; el primer paso es la señalización de acuerdo a estándares internacionales. Sobre el segundo punto entendemos que hay un proyecto de un nuevo museo.

Queremos traer la experiencia francesa para trabajar en la arquitectura para que se pueda hacer un museo con estándares actuales de vanguardia.

El tercer pilar tiene que ver con la tecnología. Entraremos con un software -con algoritmos complicados- que permitirá a los arqueólogos y museólogos compilar todos los datos que existen hoy en Tiwanaku y los que van a venir. (Ellos sabrán) cómo organizarlos, cómo interpretarlos, cómo analizarlos y colocarlos a disposición de expertos mundiales. El último punto es la capacitación. Queremos, con la experiencia francesa en museología, formar museólogos bolivianos.

¿Cuáles son las expectativas?
Lo más importante es que podamos establecer un proyecto factible, apropiado por los bolivianos y que los bolivianos al final vean un beneficio. Nosotros estamos orgullosos y tenemos mucha gratitud de participar. Para mí es un inicio porque me gustaría que este proyecto crezca más allá de lo que estamos planeando hoy.
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