En esta zona tropical se ubican los atractivos más importantes de Bolivia.
Luego de 160 kilómetros en carretera, la humedad y el calor se apoderan de la movilidad pública con cerca a 30 personas. Instintivamente la mirada y los sentidos están alertas en busca de una fuente de frescor, aunque solo sea visual y justo antes de ingresar a Villa Tunari, muy cerca de la tranca, la expectativa se hace realidad al observar a una veintena de personas que nadan y juegan en las pozas naturales de agua, las cuales se forman gracias a las variables de profundidad que existe en el cause del río.
Los lugares más vistados son "Padre Sama" y "Tres Arroyos".
La poza "Padre Sama" está ubicada a 500 metros sobre la carretera de la tranca de Villa Tunari y a 50 metros de descenso. Esta poza cuenta con una cascada natural, cuya caída de agua supera los cuatro metros de altura; el entorno está decorado por árboles de gran tamaño y arbustos propios de la región.
El agua dulce, fresca y cristalina es la que cae a la poza, donde habitan pequeños peces. Una imagen casi paradisíaca en medio del calor tropical, ideal para disfrutar de un ambiente diferente al de costumbre.
A unos metros de esta poza, se encuentra "Tres Arroyos", a la cual se puede llegar en movilidad o a pie.
Pescar, lavar ropa o bañarse, son
algunas de las actividades que realizan los visitantes.
"Todos los días venimos a refrescarnos por el calor. Es como una piscina grande y el agua es limpia", mencionó, Rubén Rocha, uno de los comunarios que llegó a refrescarse.
Las pozas están a la vista para quienes recorren la carretera de Cochabamba - Santa Cruz (o viceversa), que ofrecen una imagen tranquila y familiar a los viajeros.
El responsable de Turismo del Municipio de Villa Tunari, Saúl Cuéllar, comentó que las personas pueden caminar, siguiendo el cauce del río para encontrar ambientes cómodos y tranquilos. "Hay un montón de lugares bellos", agregó la autoridad.
Cuéllar comentó que para conocer todas las partes atractivas y turísticas del trópico boliviano, se necesitarían meses.
Feria de Villa 14 de Septiembre
El trópico de Cochabamba también es conocido por la variedad de ferias que realiza en innumerables oportunidades durante el año, como ser: la Feria del pescado, agropecuaria, textil, turística, entre otras.
Recientemente, en la localidad de Villa 14 de Septiembre (ubicada al sur de Villa Tunari, a media hora de recorrido en bus), se realizó una feria intercultural y productiva, que duró tres días (viernes, sábado y domingo), donde alrededor de 20 sindicatos participaron con el fin de mostrar la producción
frutícola y piscícola que existe en
dicha región.
La amabilidad de las personas al momento de exponer sus productos es una forma de conquistar al comprador. "Kaysitu llamiri papitoy (estito probá papito)", "jamuy, kaytawan llamirinky (ven, estito más probá)", son algunas de las frases con las que los expositores atraen a los visitantes.
"Aquí se producen naranjas, mandarinas, plátanos, pacay, y muchas frutas más las cuales también son comercializadas en mercados de Cochabamba", explicó María Elena Senón, expositora ferial.
Con el fin de dar a conocer la variedad de peces que existen en los ríos y los criaderos de la zona de Villa 14 de Septiembre, 40 puestos de comida acompañaron la feria, con la venta de platos como sábalo, trucha, surubí, entre otros.
Atractivos de Villa 14 de Septiembre
Uno de los lugares más atractivos que tiene este sector es el "Río Blanco", a siete minutos en bus desde el mercado principal de Villa y a 15 minutos de caminata al aire libre, hacia el norte.
De camino a este lugar se encuentra una variedad de árboles frutales que decoran el paisaje de Villa 14 de Septiembre.
"Este lugar nunca está vacío, siempre está lleno; porque las personas también vienen a pescar", acotó el subalcalde de Villa 14 de Septiembre, Nicolás Cámaro.
Al igual que los lugares mencionados con anterioridad, este es un sitio muy frecuentado por comunarios que llegan a refrescarse y disfrutar de un ambiente cómodo y tranquilo en sus aguas mansas.
Antes de volver a la ciudad y convivir con la inmensa selva de cemento, el corazón aventurero del turista desearía poder contar con más de una semana libre, sin ninguna actividad, para poder escudriñar cada rincón de Villa Tunari y así disfrutar de una serie de aventuras sin precedentes, más para un citadino, que pocas veces tiene la oportunidad de tener este tipo de desafios frente a él.
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