Renaissance Capital, un banco de inversión enfocado en mercados emergentes, publicó un análisis que indica que Brasil, Rusia, India y Nigeria son algunos de los países emergentes que no están aprovechando su potencial turístico.
Los ingresos derivados del turismo en Nigeria representaron sólo 0,1 por ciento del producto interno bruto en 2015, según datos del FMI, comparado con 2,3 por ciento en Ghana, un país vecino, 3,8 por ciento en Ruanda y 6,2 por ciento en Madagascar. De los 43 países africanos con datos comparables, sólo la República Democrática del Congo se benefició menos del turismo.
India, Rusia y Brasil, los cuales cuentan con atracciones turísticas obvias, también han sido denominados como países de bajo rendimiento en el sector por Charles Robertson, economista principal de Renaissance.
Los tres países generan ingresos derivados del turismo equivalentes a 1 por ciento, 0,6 por ciento, y 0,3 por ciento del PIB respectivamente, lo cual representa un porcentaje menos que el de Irak en 2010.
Robertson estima que Nigeria podría generar 8 mil millones de dólares al año de ingresos provenientes del turismo, en lugar de los 500 millones que obtiene actualmente, si el país puede alcanzar los estándares de Ghana.
De la misma manera, Rusia podría generar un monto adicional de 6 mil millones de dólares al año si lograra igualar la participación turística de 1 por ciento del PIB de Canadá (otro país situado muy al norte) o 18 mil millones si puede igualar el 1,9 por ciento de Francia. Robertson piensa las atracciones rusas son comparables a las de ambos países.
El pobre rendimiento de Brasil en el sector turístico es “difícil de explicar”, dice Robertson, aunque la extensa distancia entre el país y otros principales centros de población puede ser un factor. Y aunque India ha tenido mayor éxito, debido a la “intensa belleza” de regiones del país, él cree que “podría estar logrando más”.
La teoría de Robertson es que todos estos países de bajo rendimiento están sufriendo el efecto de onerosos regímenes de visado que pueden desalentar a visitantes potenciales.
Rusia, por ejemplo, requiere una entrevista en persona, huellas digitales y una lista de todos los países que el viajero ha visitado en los últimos cinco años.
A menudo estos requisitos de visado son el resultado de un orgullo nacional equivocado, argumenta Robertson.
“Muchos amigos me han descrito el proceso humillante por el que tienen que pasar para solicitar una visa en las embajadas de países occidentales, como cuando un oficial británico te mira como si asumiera que vas a sobrepasar tu visita para intentar formar parte de la economía informal”, dice. Oficiales en Rusia, India y Nigeria a menudo han comentado que si Occidente va a obstaculizar la entrada de sus ciudadanos en sus países, entonces los visitantes de Occidente deberían de esperar el mismo tratamiento”.
Sin embargo, Robertson dice que el perdedor económico en esa situación es el país más pobre que tiene mucho más que ganar de facilitar la entrada de turistas provenientes de naciones más ricas.
Y aunque la reciprocidad de las reglas de visado puede parecer una situación equitativa, deja a un lado la razón por la que muchos países occidentales tienen regímenes estrictos de visado: la migración ilegal es un riesgo mucho mayor cuando los visitantes están viajando desde un país de bajos ingresos hacia un país de ingresos más altos que cuando se mueven en la dirección opuesta.
Robertson elogia a Georgia donde, hasta hace poco, “los oficiales en aduana no sólo te otorgaban una visa de forma automática cuando llegabas de un país más rico que Georgia, sino que además te devolvían el pasaporte con un regalo de una pequeña botella de vino tinto del país junto con una sonrisa”.
Esta estrategia ha ayudado a Georgia a incrementar sus ingresos provenientes del turismo de 3,5 por ciento del PIB en 2008 a 13,8 por ciento en 2015.
David Scowsill, presidente y director ejecutivo del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), dice que los requisitos de visado laboriosos son un “asunto clave… que impiden la libertad para viajar y son una barrera en contra de los beneficios sociales y económicos que el turismo puede proporcionar a los países”.
Sin embargo, Scowsill asevera que hay señales de progreso, como el lanzamiento de un programa de visado electrónico para turistas en India que ahora cubre a 113 países. Esta estrategia ha contribuido al posible incremento de 6,6 por ciento de los ingresos provenientes de turismo y viajes de India.
Con respecto a Nigeria, él piensa que el país más poblado de África está “luchando en contra de los efectos de la violencia y el terrorismo en las percepciones de los viajeros”. Además el país no ha integrado el turismo a la agenda económica nacional.
Los datos del WTTC sugieren que los ingresos provenientes del turismo en Nigeria aumentarán 4,2 por ciento este año, sin embargo, a diferencia de Brasil y Rusia donde la organización ha visto reducciones de 1,6 por ciento y 1 por ciento respectivamente.
El WTTC está sugiriendo un mayor uso de las “visas inteligentes”, que incorporan el uso de la biometría para reemplazar el procesamiento manual de las visas en los consulados.
Pero Robertson asevera que el estándar de oro es el trato que recibió en un viaje reciente a Laos, donde “el proceso total desde aterrizar, solicitar una visa, pasar por el control de inmigración, recoger su equipaje, cambiar su moneda (a una favorable tasa de cambio) y subirse a un taxi tardó menos de 30 minutos”.
Tal vez por eso el número de turistas que han visitado Laos subió de 14.400 en 1990 a 4,7 millones en 2015, conforme los ingresos incrementaron de 25 millones a 725 millones de dólares durante el mismo período.
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